Billetera digital: Nequi, Daviplata, dale! y más apps cambiaron el comercio – Finanzas Personales – Economía

Son las seis de la mañana. Hace frío. Miles de bogotanos llevan despiertos desde hace horas. El ritmo de vida en la capital es acelerado. Es martes. En la plaza de Paloquemao, una de las más importantes de la ciudad, los comerciantes preparan sus puestos para recibir a los clientes. Justo cerca de una de las entradas, hay varias personas preguntando por flores –uno de los productos más vendidos–.

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“¿A cómo el paquete de rosas?”, pregunta un señor. Y continúa: “No tengo efectivo. ¿Le puedo transferir?”. La vendedora, que se llama Lucy y lleva trabajando más de una década en ese lugar, responde: “Claro que sí. ¿Nequi o Daviplata?”. El hombre le replica que tiene la primera plataforma. En cuestión de dos minutos hacen la transacción. “Acá nos tocó adaptarnos a lo nuevo, sobre todo después de la pandemia. O teníamos las aplicaciones nuevas o perdíamos clientes”, dice la mujer.

Ellos son apenas dos de los millones de colombianos que hoy hacen operaciones bancarias a través del celular. En los últimos cinco años, las transferencias de dinero por estos dispositivos pasaron de 11,1 billones a 300,9 billones de pesos, un repunte del 2.604 por ciento, según cifras de la Superintendencia Financiera.

Unos pasos más adentro, en medio de la plaza, dos locales de plásticos y elementos para cocina llaman la atención. Sandra Caballero es la dueña. Desde hace más de 20 años trabaja en el lugar. Siempre ha estado a la vanguardia. Fue una de las primeras en adaptar sus puestos con luz y también de las primeras que usaron datáfono para sus ventas. Ahora usa aplicaciones de transferencia bancaria. “Al principio –cuenta– fue difícil porque no servían. Tuvimos problemas con dos plataformas diferentes porque no llegó el dinero completo. Eso generó desconfianza. Se nos perdió la plata. Al cabo de unos meses pudimos reclamar, y nos devolvieron algo. Pero hoy es otra cosa”, dice.

Cuando las personas comenzaron a preguntar si podían transferir el dinero, algunos perdieron las ventas por no tener las aplicaciones

A su alrededor hay locales con frutas y verduras de todo tipo, atendidos por adultos de más de 40 años, en promedio. Son negocios de familia, de gente que lleva años allí. Y en casi todos ellos salta a la vista algo: en los bordes laterales de los puestos hay unos letreros con mensajes que advierten a los clientes: ‘Acá se puede pagar con Nequi, Daviplata o dale!’. Algo sin duda llamativo para un lugar donde hace no mucho lo único que se aceptaba era el efectivo. Tanto, que si alguien hubiera planteado hace solo cinco años que los vendedores de esta plaza de mercado usarían aplicaciones para vender y comprar, lo habrían tildado de ‘loco’.

“A mí me toca despacio y que me tengan paciencia, porque hasta ahora estoy aprendiendo”, se escucha cuando un señor que bordea los 70 le vende legumbres a un cliente.

Sandra Caballero explica la evolución: “Muchos pusieron resistencia al comienzo, hace dos años, pero luego se convirtió en una necesidad para todos. Cuando las personas comenzaron a preguntar si podían transferir el dinero, algunos perdieron las ventas por no tener las aplicaciones. Ahora lo común es ver que se hagan transferencias, y que quienes no tienen las aplicaciones nos pidan el favor y después cuadramos cuentas”.

Datos de la Superfinanciera revelan que las operaciones bancarias realizadas a través de celular crecieron cerca de 1.728 por ciento en el último lustro alcanzando más de 6.000 millones solo en el 2021, un volumen similar al de todas las transacciones efectuadas por los distintos canales financieros en el 2018.

Banca móvil

Para el 2021 había 12 plataformas que permiten enviar, retirar y transferir dinero a través de celulares reconocidas en el país, según Colombia Fintech.

Pero el tema no es solo en el plano de las grandes ciudades. En Villapinzón, un municipio del norte de Cundinamarca, a unas dos horas de la plaza de Paloquemao, campesinos y habitantes de la región usan estas plataformas digitales para sus negocios con ganado y productos agrícolas.

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“Muchos utilizamos esos medios porque a veces se presenta la situación de que uno debe transferir el dinero rápido y que no le cobren mucho. Había un señor con el que había hecho negocios y le gustó un animal que publiqué. Entonces le dije que me transfiriera algo de arras y me lo pasó por la plataforma”, cuenta Ignacio Romero, un lugareño.

La compra y venta de ganado en este municipio empezó a probar lo digital hace unos años, pero el fenómeno cobró fuerza con las restricciones y temores que trajo la pandemia. A través de grupos de Facebook, las personas publican videos y fotos de los animales, y acuerdan los negocios. De esta forma, muchos han dejado de asistir a la plazuela en la madrugada de los domingos porque han acordado las transacciones unos días antes. Eso sí, la mayoría ha tenido que abrir alguna cuenta bancaria o descargar una billetera móvil en su celular.

Aumenta la bancarización

Y es que la banca electrónica, en general, ha sido un medio clave en el proceso de bancarización de la población colombiana, en especial de aquella de más bajos recursos y de la que vive en lugares más apartados, coinciden expertos consultados por este diario. “Los usuarios necesitan cada vez más tener el control de sus pagos y su dinero en la palma de su mano. La inmediatez en las transacciones permite la omnicanalidad del sistema financiero, abaratando costos, y permitiendo y evidenciando, además, la optimización del tiempo que llevaba realizar un trámite financiero”, señala Juliana Fontal Díaz, directora comercial de Fiserv en Colombia, una de las multinacionales de tecnología financiera y procesamiento de pagos que llegó este año al país.

En este punto coincide el senador David Luna: “Las billeteras digitales luchan frontalmente contra el gota a gota, y si se trabaja en mejores estándares de ciberseguridad para generar mayor confianza, podrían aumentar su mercado de manera importante”.

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Solo en los dos años de pandemia, con ayuda de estas plataformas, la inclusión financiera, es decir, el porcentaje de adultos con al menos un producto financiero, dio un salto de 7,4 puntos porcentuales y se acercó al 90 por ciento. En siete años, ese avance fue de 14,5 puntos, según datos del programa estatal Banca de las Oportunidades.

Personas con productos electrónicos en 2021

Personas con productos de banca electrónica en 2021

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Superfinanciera, Banca de Oportunidades y Colombia Fintech / EL TIEMPO

Eso se ve, por ejemplo, en los días de mercado de este municipio. “Cuando hay personas conocidas, de confianza, que le deben a uno dinero por alguna compra, se les dice que transfieran por cuotas o pasen el dinero que deben después si en el momento del negocio no tienen todo lo pactado”, dice Romero. Y agrega: “Antes, había muchos campesinos que no tenían celular y mucho menos aplicaciones. Con ayuda de las nuevas generaciones, de los hijos, sobrinos, primos, muchos de ellos se han capacitado y han podido comprar y vender productos de forma más fácil para todos”.

No es un secreto que las transferencias bancarias por celular se han tomado la vida cotidiana de los colombianos. Con la pandemia, se impulsó la idea del contacto reducido entre vendedores y clientes para mitigar el avance del covid-19. Por eso, el escaneo de códigos QR para ver los menús de los restaurantes o el uso de billeteras electrónicas desde los dispositivos, como Nequi, Daviplata, dale!, T-Paga, Apple Pay y TuyaPay, o mecanismos como Transfiya, se volvieron populares. Y al punto de que se han vuelto una necesidad hasta para los vendedores informales.

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Según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), la proporción de ocupados informales en las 23 ciudades y áreas metropolitanas de Colombia, entre marzo y mayo de este año, fue de 44,7 por ciento. Sincelejo, Cúcuta, Valledupar, Santa Marta y Riohacha son las ciudades con mayor porcentaje de informalidad.

En las playas de Bello Horizonte, en Santa Marta, algo ha cambiado en los mensajes de los vendedores informales. Una conversación que para varios turistas es ya conocida tiene un nuevo detalle: ‘Se recibe efectivo. Si no tiene, hay Nequi, Daviplata o lo que necesite’. Así pasó cuando una mujer que hace masajes le dio una muestra gratis a un cliente que estaba justo en la orilla del mar. El joven le dijo que no tenía dinero a la mano y que no podía aceptar la oferta. Ella lo miró de forma fija y le dijo: “Tranquilo, me puede transferir”.

Esa frase ya se volvió común en la vida cotidiana de los colombianos. Comprar productos en las tiendas de barrio, como huevos para el desayuno, verduras, cervezas o papelería, se ha convertido en una acción que se facilitó por este tipo de aplicaciones. “Vecino, se me dañó el datáfono, ¿me podría transferir?”, cuestionó un domiciliario cuando estaba entregando un pedido. “Claro, ¿cómo es su número de celular?”, le respondió el cliente.

Así avanza la banca móvil en Colombia

Así avanza la banca móvil en Colombia

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Superfinanciera, Banca de Oportunidades y Colombia Fintech / EL TIEMPO

Cómo funcionan

‘Transferir’ se ha convertido en una palabra común en el país. Ya no suena a algo lejano y tedioso que hacía referencia a una transacción bancaria que tomaba tiempo, debía ser presencial y podía tardar hasta tres días en llegar al otro banco. Ahora es sinónimo de facilidad y rapidez. Por eso es válido afirmar que en la mayoría de barrios de las principales ciudades hay al menos una tienda que permite pagar a través de plataformas digitales. Es el caso de Bryan Arias en la Tienda Madagascar, del barrio Floralia, en Kennedy, en el suroccidente de Bogotá. Cuenta que desde hace un año y medio allí usan con frecuencia las aplicaciones. “Les ha facilitado a los clientes que no traen efectivo en su bolsillo. Muchas veces nos hemos encontrado con que hacen compras del día por grupos familiares y no quieren quedarse con poco efectivo en el bolsillo. Entonces es una buena opción”, dice.

En eso coincide Karol González, quien trabaja en la Tienda Mercadeo, en Madrid, Cundinamarca, donde venden verduras y carnes: “Con las plataformas digitales, el comercio se ha vuelto más fácil para las personas. Es un servicio que se convirtió en algo esencial para vendedores y clientes”.

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Muchas veces no compramos cosas porque no tenemos dinero en el bolsillo, estas billeteras facilitan el proceso, con más seguridad y agilidad

Otro caso es el de la panadería Antojos, Trigo y Pan, en el barrio Alquería, en el sur de Bogotá, donde trabaja Yesid Sanabria: “Las plataformas nos ayudan a todos porque dan seguridad para hacer compras sin necesidad de usar el dinero en papel. A nosotros como comerciantes nos facilita el tema de hacer pedidos de algunos productos al por mayor”. A otros miles de colombianos, las billeteras digitales y depósitos de bajo monto les ha permitido recibir los subsidios del Gobierno Nacional, como Ingreso Solidario, durante la pandemia.

Pero ¿cómo funcionan? Lo primero es entender que la naturaleza de estas plataformas es ciento por ciento digital y es una nueva generación de entidades financieras que buscan facilitarles la vida a las personas. Algunas nacieron como un brazo extendido de los bancos tradicionales y para varios expertos se pueden denominar como ‘neobancos’.

Daviplata, Nequi, dale! y Powwi se definen como plataformas que ofrecen un depósito de dinero electrónico. T-paga y Movii, como billeteras móviles. Pero todas, en la práctica son billeteras digitales, a través de las cuales las personas pueden manejar su plata a través de transacciones ‘en línea’ muy fácilmente. La apertura de sus productos es sin papeleo y se demora menos de diez minutos, no tienen sucursales físicas y la información se muestra en tiempo real.

“Los medios de pagos digitales permiten tener acceso rápido a nuestros recursos y con bajo costo; muchas veces no compramos cosas porque no tenemos dinero en el bolsillo, estas billeteras facilitan el proceso, con más seguridad y agilidad”, asegura Camilo Herrera Mora, economista y fundador de Raddar CKG.

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La mayoría no cobra cuota de manejo o comisiones cuando se hacen transferencias de bajo monto. Además, fijan un tope máximo para administrar cada mes: en varias de las aplicaciones es de hasta 8 millones de pesos para pagos, transacciones y retiros. Los depósitos están exentos del 4 x 1000 hasta cierto monto, que suele ser de 65 UVT, casi 2,5 millones de pesos.

Cada plataforma define los límites para hacer retiros y giros nacionales, y todas están enlazadas con entidades financieras tradicionales. Por ejemplo, dale! puede ser recargada en efectivo en los corresponsales bancarios de la red del Grupo Aval —Banco de Bogotá, Popular, Occidente y AV Villas—. También se puede retirar en esos cajeros sin necesidad de una tarjeta.

Algo similar sucede con Daviplata y Davivienda, o hace unos meses con Nequi y Bancolombia, que aunque cuenta con el respaldo del banco, trabaja de forma independiente desde marzo de este año. Esta separación significó que a los usuarios de Nequi no les pueden solucionar problemas con esta plataforma en sucursales de Bancolombia.

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Billeteras digitales en Colombia

Billeteras digitales en Colombia

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Superfinanciera, Banca de Oportunidades y Colombia Fintech / EL TIEMPO

Un PSE para los celulares

También está Transfiya, una funcionalidad de ACH Colombia —la empresa que creó el botón PSE para las transacciones en el país— con la que se puede transferir dinero entre varias entidades financieras y billeteras digitales. Está habilitada, como pasa con el botón, en las aplicaciones de celular. “Transfiya está enfocado en los servicios móviles para que las personas puedan transferir solo con el número del celular. Hoy hay 14 entidades y se están vinculando más. En junio se hicieron más de 7 millones de transacciones”, explica Gustavo Vega Villamil, presidente de ACH Colombia.

Otro de los productos que ofrecen estas plataformas son las tarjetas virtuales, sin cuota de manejo ni ningún interés. Las personas las pueden solicitar y tendrán en el celular un código de seguridad (CVV) y una fecha de vencimiento. Quienes quieren tenerla de forma física, la pueden solicitar.

Pero también las aplicaciones se han convertido en espacios virtuales con servicios a la mano, como recarga de celular, pago de servicios de streaming, como Netflix, o de televisión, como DirecTV, pago de servicios públicos, compra de seguros, como el Soat, ventas de producto por catálogo, tipo Yanbal y Leonisa, y alianzas para pagos de la administración de las unidades residenciales.

Esas alternativas generan ingreso a través de servicios complementarios en los que tienen convenios con otras empresas

Sobre la forma en la que se sostienen estas plataformas, Freddy Castro, director de Banca de las Oportunidades explica que “generan ingreso a través de servicios complementarios en los que tienen convenios con otras empresas. Por ejemplo, al expedir seguros, recaudar pagos de servicios públicos o vender recargas por celular”. Para Herrera Mora, “hay otras formas de monetizar los procesos, más allá de la venta de un servicio, como la caja que genera, la bancarización, el uso de las cuentas, las bases de datos e incluso el vínculo emocional con los clientes”. 

Cifras de la Superintendencia Financiera, Banca de las Oportunidades y Colombia Fintech conocidas por este diario, indican que, en materia de billeteras digitales o virtuales, Daviplata es la plataforma con más usuarios registrados en el país: 13 millones. Sigue Nequi, con 10 millones; Movii, con 2,1 millones, y T-paga, con 1,1 millones. En el listado figuran también TuyaPay, SuRed-App, dale! y Powwi.

Pero Nequi es la plataforma que más dinero mueve: 75,4 billones de pesos en el 2021. En segundo lugar está Daviplata, con 34 billones, y luego Movii, con 2,3 billones.

Otra mentalidad

Las transacciones diarias son el pan de cada día. Se hacen para casi todas las actividades cotidianas, desde la compra de productos para comida y limpieza hasta ocio. Por ejemplo, Laura Acosta usa dale! para las entradas a conciertos: “Uso esta plataforma porque es del Grupo Aval, entonces no necesito sacar una nueva tarjeta débito o de crédito, o ir a pagar con efectivo. Solo recargo la aplicación a través de PSE con el dinero de las boletas y aprovecho para comprar los conciertos en las preventas con descuentos”.

Para Iván Vanegas, otro ciudadano, la billetera móvil T-paga le cambió la vida porque le ahorró filas interminables y tiempo de su día. “Me ha ahorrado tiempo en algo tan sencillo como el pago de mis facturas. Y además puedo recibir pagos y hasta remesas”, dice.

Con la pandemia, muchas personas dejaron de llevar dinero en efectivo para hacer sus compras. Por eso, el hábito de pagar con dinero en plástico fue adoptado por muchos. Sin embargo, eso también se ha convertido en una dificultad. Tal como le pasó a Alejandra Zamora, quien al salir del hospital con su hijo, en medio de la lluvia capitalina, casi no logra tomar transporte. “No quería transporte de aplicación con mi tarjeta porque la tarifa estaba por las nubes. Entonces decidí tomar un taxi. Pero no tenía ni una moneda de 100 pesos y no había cajeros cerca. Pensé que como muchos lugares tienen Nequi, algunos taxistas tendrían. Pero fue una tarea difícil. Después de cuatro intentos, un señor de una moto se acercó y dijo: ‘Vi que ninguno los lleva, si quiere me pasa a mi cuenta de Nequi y yo le doy el efectivo que necesita’. Así lo hicimos y logré pagar en efectivo otro transporte”, cuenta. Aunque hay que decir que cada vez son más los taxistas que las usan.

Pago con billeteras digitales

Pago con billeteras digitales en todo tipo de locales informales en Bogotá.

Foto:

Néstor Gómez / EL TIEMPO

A la una de la tarde, en la plaza de Paloquemao, decenas de trabajadores buscan almorzar. Es la hora pico. Los restaurantes están llenos. La escena del pago es diversa: unos pagan en efectivo, otros dicen que “pagan después”, y otros prefieren hacer la transferencia por una de las plataformas digitales. “Es más rápido y llevo el control de mis gastos”, dice un señor que vende papa y estaba con su hijo. “A veces, la plata de bolsillo se gasta más rápido. Con esto tengo una parte para ahorrar y solo uso lo necesario”, agrega.

Este cambio de mentalidad, que se ha convertido en algo casi que automatizado en la mayoría de ciudades y en varios municipios del país, está ligado a la apuesta de las grandes empresas por innovar en el mercado y fortalecer un ecosistema digital financiero. Para analistas, es un avance para fortalecer la confianza en el sistema financiero.

“El sector financiero a través de la tecnología ha mejorado su relación con sus clientes e incluso con personas no bancarizadas. Primero, han generado transparencia, ahora se puede acceder a información en tiempo real y es casi imposible manipular los estándares o condiciones para determinada transacción. En segundo lugar, a través de las billeteras digitales se logra mayor capacidad de interacción con clientes y posibles clientes. Y por último, herramientas como fintech permiten acceder a créditos que antiguamente el sistema financiero no lograba”, señala David Luna.

Así lo ven los directivos

Alejandro Esguerra, director de Estrategia Digital y Datos del Banco de Bogotá, filial de Grupo Aval, sostiene que la entidad ha sido referente en la transformación de la banca tradicional en el país, desde cuando lanzó su cuenta de ahorros digital en 2017. Y hoy, 8 de cada 10 productos del portafolio del banco se adquieren ciento por ciento de forma digital al punto que han colocado cerca de 4 millones de esos productos, permitiendo al cliente acceder a estos desde cualquier lugar, de manera segura y en la menor cantidad de pasos posible.

Uno de los frentes donde se ha avanzado de manera considerable desde lo digital en el banco es la seguridad. El trabajo conjunto con todas las áreas nos ha permitido crecer de manera sostenible. Nuestros equipos han desarrollado herramientas de autenticación que brindan la seguridad tanto para clientes como al negocio en la adquisición de productos, sin afectar la experiencia del usuario en el proceso”, precisa el directivo.

El uso de estas herramientas ha contribuido a un menor uso del efectivo, lo que significa disminución de prácticas como el lavado de activos, tráfico de drogas, informalidad y evasión de impuestos

Esa digitalización de la banca no tiene vuelta atrás y, como aseguran expertos, de la mano de las nuevas tecnologías se busca avanzar en seguridad y en eficiencia y facilidad para todos los segmentos de consumidores.

“Se ha demostrado que en Colombia el uso de estas herramientas ha contribuido a un menor uso del efectivo, lo que contribuye a la disminución de prácticas como el lavado de activos, tráfico de drogas, informalidad y evasión de impuestos. A medida que aumenta la inclusión financiera mediante el uso generalizado de herramientas financieras digitales, el efectivo podría dejar de ser el medio de pago más utilizado en Colombia”, comenta Lorenzo Villegas-Carrasquilla, socio de la firma de abogados CMS Rodríguez-Azuero.

Por su parte, Andrés Vásquez, director de negocio de Nequi, dice que lo que están viendo es la integración de soluciones a la cotidianidad de los usuarios, con servicios financieros y no financieros, gracias a las experiencias ‘embebidas’ o con terceros dentro de la misma app. “En Nequi se puede pedir un préstamo, gestionar los ahorros, enviar y recibir plata, pero también se puede acceder a una cita médica, pagar servicios públicos, o recargar los minutos del celular, sin salir de la app”, explica.

Advierte, además, que este tipo de servicios crecerá hasta lograr que la gente encuentre diversas soluciones para su día a día, y que todo esté alojado en la misma plataforma: desde un crédito y una tarjeta débito hasta entretenimiento, transporte y movilidad, compras en línea, entre otros.

“Queremos resolver la vida de las personas y entendemos que, para crecer y potenciar la oferta de Nequi, debemos trabajar de la mano de aliados de otras industrias y apalancarnos en la tecnología”, precisa.

Pero no son los únicos que están viendo cambios y avances en este frente. Para Javier Suárez Esparragoza, presidente de Davivienda, la evolución de la banca hacia el futuro dependerá de la capacidad de las nuevas relaciones con los nuevos jugadores e industrias; así mismo, de un diseño de productos y experiencias basados en el cliente, con fácil acceso, en los lugares donde ellos interactúan y a través de los dispositivos que siempre tienen a la mano, como los celulares y las tabletas.

Es un hecho que la banca digital y el comercio a través de pagos por celulares están revolucionando la economía diaria de los colombianos. Se trató de una especie de bola de nieve que fue creciendo durante la pandemia y permeó cada esfera social del país. Tanto así que ya se ha convertido en una necesidad para los pequeños y medianos negocios. Nadie se puede dar el lujo de no tenerlas, porque pierde clientes. Es un cambio trascendental que apenas comienza.

Concepción Daviplata

9 de cada 10 colombianos tienen al menos un producto bancario en el país.

Foto:

Guillermo Ossa / EL TIEMPO

Acceso y confianza, algunos de los retos

En el último mes, por los menos dos veces ha sido tendencia nacional en Twitter la caída de una de las billeteras digitales más usadas en el mercado colombiano. Según se leía en los comentarios de los usuarios, varios negocios se paralizaron. “No tenía efectivo, abrí la aplicación y no sirvió. No pude comprar lo que quería comer”, escribió una joven.

Este es uno de los desafíos más apremiantes de las billeteras digitales y los ‘neobancos’. “Desde la tenencia de teléfonos inteligentes hasta la calidad de la señal son retos”, explica Camilo Herrera Mora, de Raddar CKG. Y agrega: “Pero esto va a permitir una mayor bancarización, reducción de costos de transacciones para el comerciante y el comprador, y un camino a la formalización”.

“Los principales retos están asociados a la expansión de la conectividad y una mayor cultura digital de las personas. En ese camino aún persisten baches que impiden la construcción de equidad”, dice Freddy Castro, director de Banca de Oportunidades.

En ese punto, sobre la accesibilidad, coincide Gustavo Vega Villamil, presidente de ACH: “Indudablemente, desde el sector en general buscamos que más colombianos accedan a los servicios financieros. Es importante que conozcan los servicios y tengan confianza”. Para el senador David Luna, “hay que terminar de conectar al país de manera eficiente y económica, y continuar con la tarea de alfabetizar digitalmente a todos: todavía hay muchos ciudadanos en el país que literalmente no saben utilizar una cuenta electrónica”. Para Juliana Fontal Díaz, directora comercial de Fiserv en Colombia, “los municipios rurales dispersos continúan aún con barreras de acceso a servicios financieros debido a infraestructura o incluso a la autoexclusión, y ahí juega un papel importante la educación financiera”.

El otro reto está relacionado, según los expertos, en demostrar cómo estas plataformas ayudan a luchar contra el ‘gota a gota’ y por qué se debería confiar en ellas. “A la banca siempre se le ve como mala, cuando realmente es lo contrario. Estas apps permiten que la gente vea los beneficios y aumente su bancarización”, señala Herrera.

Nuevas entidades se suman al ecosistema digital

En los últimos 12 años, el ecosistema digital colombiano se ha robustecido con la entrada de las llamadas fintechs reguladas y los modelos colaborativos. Entre el 2020 y el 2021 la Superintendencia Financiera les dio luz verde a nuevos bancos digitales como Ualá, Lulo Bank, de la familia Gilinski; Rappi Pay, en el que Davivienda tiene participación; Mercado Pago y Bold, que está encaminada a apoyar a los pequeños comercios y emprendedores mediante el suministro de datáfonos sin mayores trámites y de bajo costo. También se estrenaron en el país plataformas como tyba, trii, mibanco, esquemas digitales para invertir, al tiempo que iniciaron operaciones las Sociedades Especializadas en Depósitos y pagos Electrónicos (Sepes) Global66 y Alacaja, las cuales se unieron a dale!, Ding, Powwi y Coink, que fueron autorizadas para operar en el país entre el 2018 y el 2019, y Movii que lo había hecho en el 2017. El año pasado también se creó Iris, un neobanco que busca atender el segmento corporativo y es ciento por ciento colombiano y digital.

DAVID ALEJANDRO LÓPEZ BERMÚDEZ
Periodista de Reportajes Multimedia
En redes: @lopez03david

CARLOS ARTURO GARCÍA
Periodista de Economía
En Twitter: @CarlosGarciaM66



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