Bogotá: Los efectos del cambio climático en la temperatura. – Bogotá


Si bien este año la percepción general de los bogotanos es que cada día hace más frío, lo cierto es que durante los últimas seis décadas, los registros indican que el promedio anual de la temperatura sigue aumentando.

De acuerdo con el Ideam, desde los 90 el aumento de la temperatura se ubica entre los 0,12 y 0,15 grados celsius por cada década, si se tiene en cuenta el promedio diario.

Asimismo, datos registrados por páginas especializadas que recogen información de la estación meteorológica 802220 (SKBO), ubicada en el aeropuerto El Dorado, y de Berkeley Earth indican que en los últimos 60 años la temperatura media en la capital ha tenido un crecimiento constante que parece haberse acelerado. También hubo aumentos en la media mínima y en la media máxima, es decir, en los registros que consolidan los datos de temperatura más altos y más bajas durante el año.

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En 1962, la media anual era de 12,6 grados celsius. De hecho, en los siguientes 16 años solo en dos ocasiones superó la barrera de los 13: en 1963 ascendió a 13,2 y en 1970 igualó los 13.

No obstante, para las décadas siguientes, es decir, años 80 y 90, los registros anuales inferiores a 12 grados celsius fueron apenas tres: 1985, 1989 y 1996. En este periodo se presentó la variación más grande entre un año y otro. Fue en 1997, cuando la temperatura promedio llegó a 13,5 ºC, luego de haber registrado 12,8 en 1996, lo que significó un aumento de 0,7.

En el nuevo milenio, los registros han fluctuado, pero en 2016 y 2019 se presentaron los picos de temperatura promedio. También hubo años más fríos, como 2008, cuando la media llegó a los 12,9 ºC. 

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Este año la temperatura media en la ciudad se ubicó sobre los 13,8 ºC, 0,2 menos que en 2021. De hecho, datos parciales indican que ese ha sido el año más frío desde 2014.

Consecuencias 

Según Juan Benavides, experto en cambio climático y profesor de la Universidad Javeriana, estas variaciones en la media de la temperatura en Bogotá obedecen a un fenómeno global y a las pocas acciones que se han tomado en el mundo con respecto al cambio climático.

“Si se hubiera actuado en 2012, no estaríamos en este punto, pero desde la COP26 de 2016 fue claro y toda la información apuntaba a que el cambio climático antropogénico, causado por el hombre, era irreversible y que todos íbamos a sentir algunos de sus efectos”, explica Benavides.

El experto explica que, aunque 1 grado celsius de más no parece mucho, esta cifra indica que hay varios días al año que son más cálidos y hay días fríos que en realidad no son tan gélidos como antes.

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“Manizales está a 1.800 metros sobre el nivel del mar y Bogotá, a 2.600. Es una diferencia muy importante en temperatura porque cada 100 metros de elevación es más o menos 1 ºC de diferencia. Es decir, este aumento promedio es como si la ciudad se moviera 100 o 150 metros hacia abajo y eso tiene efectos graves en lo que se puede cultivar, en el uso que se le da al agua, en la manera en la cual se construye y hasta en la forma como las personas se visten”, agrega.

Según explica Emel Vega, director de la maestría en meteorología de la Universidad Nacional, hay otras consecuencias derivadas del aumento de la temperatura global.

“El incremento de temperatura en el mundo genera que aquí en Bogotá se incrementen las temperaturas máximas y mínimas, eso genera un cambio en los patrones de la circulación local, la producción de lluvias intensas, mayor número de eventos productores de granizo y de tormentas eléctricas”, dice el experto.

Vega agrega que estos cambios también afectan la microfauna que habita en la capital. “Las especies actuales desaparecerían y otras de clima cálido aparecerían en la ciudad”, concluye.

Días menos fríos

Hace 60 años, el promedio de bajas temperaturas rondaba los 7,8 grados celsius, con periodos de baja temperatura como los de 1965, cuando estuvieron por debajo de los 6 ºC.

En los últimos 10 años, la media de temperatura mínima se ubica por encima de los 9 ºC con picos en 2019 y 2021 en los que se han alcanzado los 9,5.

“Hemos tenido noches frías y unos días fríos, sobre todo el último mes, que hubo muy poco sol, pero si se compara estos días fríos con los días fríos de hace 30 o 40 años, los de ahora son más cálidos. Los sentimos más gélidos porque nos hemos venido acostumbrando a esas nuevas temperaturas”, concluye el experto.

Asimismo, según estos datos de carácter no oficial, en la última década se han roto marcas de temperatura máxima promedio. Desde 2010, en seis ocasiones este registro ha sobrepasado los 20 grados celsius, algo que desde los años 60 hasta el 2009 solo ocurrió en dos ocasiones.

Efectos en la migración 

Este aumento en la temperatura también ha tenido un efecto directo en el ecosistema de Bogotá y en la fauna de la capital. De hecho, el 13 de abril de este año, el Grupo de Monitoreo a la Biodiversidad de la Secretaría Distrital de Ambiente registró por primera vez a una pareja de halcones cernícalos en el humedal La Isla, localidad de Bosa, mientras se alimentaban de un ratón común.

Días después, en el humedal El Burro, el mismo equipo de expertos avistó una garza azul, un ave solitaria de cuello marrón rojizo y pico gris azulado que suele buscar alimento en aguas de poca profundidad.

Estas dos aves hacen parte de un grupo poco común de especies de las cuales apenas se tenía registro en los ecosistemas de la capital del país y que indican un fenómeno inusual: el arribo de nuevos especímenes a algunos humedales y ecosistemas de Bogotá.

“Cabe destacar que, con el paso del tiempo, y probablemente como consecuencia del calentamiento global, las especies con desplazamientos migratorios poco a poco han abarcado mayores áreas geográficas, incluso a mayores altitudes”, explican desde la Secretaría de Ambiente.

Y aunque uno de los factores que explican dicho fenómeno no es positivo y trae graves consecuencias para el clima de la ciudad, expertos del Grupo de Monitoreo a la Biodiversidad reconocen que la aparición de estos animales “contribuye al sostenimiento y equilibrio de los ecosistemas, lo que a su vez favorece la provisión de servicios ecosistémicos como la polinización, la dispersión de semillas, el valor cultural y ambiental de la ciudad, entre otros”.

Para Carlos Renfijo, profesor de estudios ambientales y rurales de la Universidad Javeriana, este fenómeno no se puede catalogar como bueno o malo.

“Evidentemente está relacionado con el cambio del clima; sin embargo, no es que estas sean especies foráneas, sino que debido a la nuevas condiciones y la necesidad de entornos más o menos cálidos, suelen cambiar el rango de altitud en el que se establecen”, señaló en un informe publicado por EL TIEMPO sobre las especies foráneas que llegan a la ciudad.

Desde la Fundación Aves S. O. S. Bogotá, organización fundada en 2019, explican que la deforestación en muchas zonas del país también puede explicar el fenómeno. “Cada vez suelen avistarse más especies de este tipo habitando entornos urbanos. Por ejemplo, acá en Bogotá tenemos el caso de los alcaravanes, los cuales han venido colonizando territorios más altos”, explica Evelyn Martínez, médica veterinaria y presidenta de Aves S. O. S., y agrega: “Lo que ocurre es que, con el paso de las décadas, y como consecuencia de la pérdida de sus entornos y también por efecto del cambio climático, han modificado su distribución natural”.

Cambios en la moda de los capitalinos

Pero estos cambios de temperatura no solo han tenido impacto en la migración de aves y otras especies, también han generado cambios en los hábitos de consumo de moda de las personas.

En el centro comercial y empresarial de San Victorino, donde comerciantes del sector de confecciones y venta textil surten sus locales, aseguran que las tendencias de consumo han empezado a cambiar en razón del clima. De acuerdo con comerciantes del sector, también se han evidenciado cambios en cómo se confeccionan las prendas de vestir e incluso la duración de las colecciones.

“Si bien Bogotá no tiene estaciones, para fines de mercadeo se empleaba la época invierno, primavera, otoño y verano para vender la ropa, ahora, los empresarios han tenido que empezar a lanzar colecciones cada 15 días, como microcolecciones de consumo masivo porque ya no se ven temporadas reflejadas climáticamente”, agregan.

CAMILO A. CASTILLO
REDACCIÓN BOGOTÁ
@BogotaET


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