Colombia podría beneficiarse con la producción de estos minerales – Sectores – Economía

Colombia tendría oportunidades de beneficiarse económicamente con el desarrollo de energías alternativas: los minerales más relevantes en la implementación de mecanismos de energías limpias verían cambios considerables en los próximos años frente a su oferta, su demanda y, en consecuencia, sus precios.

EL TIEMPO conversó con Juan Camilo Nariño, presidente de la Asociación Colombiana de Minería (ACM), quien afirmó que al ser Colombia un país exportador de minerales cuya demanda global aumentará significativamente en los próximos años, cuenta con las condiciones apropiadas para adquirir un papel estratégico en la cadena de valor de la transición energética.

(Vea también: Advierten que la salida acelerada del carbón tendría graves consecuencias para Colombia).

Bajo las políticas actuales a nivel global, en 2040 la demanda de minerales para la tecnología de energías limpias será impulsada principalmente por las redes eléctricas, los vehículos eléctricos (VE) y las baterías, pero bajo expectativa del Acuerdo de París, los VE y las baterías desplazarán la demanda de redes eléctricas.

El país cuenta con condiciones estratégicas para ser un actor clave en las cadenas de valor que impulsan esta transición alineada a los objetivos trazados en el plan nacional de desarrollo

Así lo señala el informe del panorama para energías limpias de Focus Economics, el cual reúne las previsiones de los precios, la demanda y la dinámica en general de los denominados metales verdes.

En el caso del aluminio, este es un metal con diversos usos y relevancia considerable en la elaboración de energía solar y eólica, VE, baterías, redes eléctricas y la industria de hidrógeno. Su precio entre 2024 y 2027 se estima a promediar bastante cerca de los precios de 2023.

En cuanto a la demanda, se prevé un aumento al igual que el cobre, níquel y zinc; sin embargo, esto se verá compensado principalmente por una desaceleración en la economía de China, el mayor consumidor de este metal. Se espera que su producción crezca rápido en el gigante asiático.

Mina subterránea extracción oro

La demanda de cobre crecerá, siendo necesario el suministro de siete millones de toneladas más anualmente, implicando la operación de al menos 10 minas del tamaño de las más grandes a nivel mundial.

Foto:

Felipe Franco/ Procuraduría

El litio encuentra su uso principal en baterías; además, su bajo peso y alta densidad energética lo hacen ideal para almacenar energía y alimentar vehículos. Con la correcta implementación del Acuerdo de París, su demanda incrementaría 42 veces para 2040.

Del mismo modo, se espera que la demanda se duplique entre 2022 y 2025 gracias a una proyección optimista (ya pasó del 15 por ciento en 2017 al 60 por ciento en 2022 para baterías de VE), lo que traerá un aumento de producción que hará caer los precios.

El cobalto, al igual que el litio, encuentra su mayor utilidad en baterías. Sus precios subirán más de la mitad para 2027 gracias a una demanda que supere la oferta, la cual estará concentrada en la República Democrática del Congo e Indonesia. Esta demanda enfocada en baterías para VE subió del 10 por ciento en 2017 al 30 por ciento en 2022.

Transición energética en Colombia

El 4 de noviembre de 2016 entró en vigor el Acuerdo de París, el cual establece metas con relación a la emisión de Gases de Efecto Invernadero (GEI) y la temperatura global para 2040, la cual debería ubicarse entre 1,5 y 2 grados Celsius por encima de los niveles preindustriales. Para esto se establecen varias herramientas como la promoción de energías limpias (solar, eólica, hidroeléctrica, geotérmica, entre otras).

El Acuerdo de París fue ratificado por Colombia el 12 de julio de 2018, lo cual derivó en compromisos y la creación de la Política Nacional de Cambio Climático, la cual busca “incorporar la gestión del cambio climático en las decisiones públicas y privadas para avanzar en una senda de desarrollo resiliente al clima y baja en carbono, que reduzca los riesgos del cambio climático y permita aprovechar las oportunidades que este genera” (Minambiente, 2022).

Este documento resalta características del país en materia energética, como la baja emisión de CO2 que produce, así como la alta dependencia de hidroeléctricas (presentó una utilización del 67,14 por ciento en 2016); sin embargo, la economía del país presenta una alta dependencia de combustibles fósiles, ya que para el mismo 2016 las exportaciones del petróleo, el carbón y algunos derivados representaban el 47 por ciento del total de exportaciones.

Esta exportación de carbón empieza a ver los efectos de la reducción en la demanda, por lo que el plan prevé la necesidad de un desarrollo minero-energético bajo en carbono y resiliente al clima. La política se traduce en las siguientes líneas de acción:

  • Integrar a las políticas energéticas unos objetivos de adaptación ante eventos climáticos como el Fenómeno de El Niño o de La Niña.
  • Evaluar la utilización de biocombustibles que aseguren una baja huella de carbono.
  • Promover mecanismos eficientes, incluidos instrumentos económicos, para la gestión de la demanda baja en carbono en los diferentes sectores.
  • Incentivar la adecuada diversificación de la canasta energética.
  • Fomentar el aprovechamiento de fuentes de energía renovables complementarias.
  • Propender y promover la adecuada gestión de las emisiones fugitivas que se presentan durante las actividades en los sectores de minas y de hidrocarburos.

Oportunidad para Colombia

La transición energética es hoy un punto transversal en la agenda económica nacional e internacional: “hay una creciente demanda de minerales para infraestructuras renovables, como paneles solares, turbinas eólicas y sistemas de almacenamiento energético”, señaló el presidente de ACM.

“Para la construcción de un molino de viento con capacidades de generación de 3 megavatios (MW) se requieren 1.200 toneladas de concreto, 47 toneladas de cobre, 335 toneladas de acero y tres toneladas de aluminio, entre otros”, explicó. “En este sentido, el Banco Mundial estima que, para minerales como el litio, el cobalto o el grafito, la demanda se incrementará en más del 300 por ciento para el 2050“, sentenció.

Es crucial la identificación de nuevos yacimientos para planificar y satisfacer la demanda en constante crecimiento

Al analizar los posibles escenarios que favorezcan la actividad en Colombia, indicó que “la demanda global crecerá, siendo necesario el suministro de al menos 7 millones de toneladas más de cobre anualmente, lo que implicaría la operación de al menos 10 minas del tamaño de las más grandes a nivel mundial”.

Nariño informó que las empresas del sector minero están produciendo níquel y cobre, minerales esenciales en la actualidad y que esperan un aumento significativo en su demanda global en los próximos 15 años: “La extracción de minerales como el níquel es fundamental para el desarrollo de la energía solar, eólica y la movilidad eléctrica. Esta necesidad subraya la importancia de una industria minera comprometida con prácticas de exploración y producción responsables y sostenibles“, concluyó.

El presidente de ACM afirmó que “el país cuenta con condiciones estratégicas para ser un actor clave en las cadenas de valor que impulsan esta transición alineada a los objetivos trazados en el plan nacional de desarrollo”. Por esto, insiste en que “es crucial la comprensión de reservas y la identificación de nuevos yacimientos para planificar y satisfacer la demanda en constante crecimiento“.

SANTIAGO BOHÓRQUEZ GARROTT
Escuela de Periodismo Multimedia EL TIEMPO



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