Esteban Chaves peleaba por el título de campeón nacional de ruta en las calles de Pereira. Era uno de los favoritos, pero cuando luchaba codo a codo con Sergio Higuita todo cambió.
Chaves disminuyó el pedaleo, comenzó a mirar afanadamente para atrás, levantó el brazo y su ritmo cayó. Nadie lo entendía, pero el Chavito lo pasó mal, pinchó en el momento menos indicado, se quedó con el oro, pero logró el bronce.
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(Esteban Chaves, brillante, campeón Nacional de Ciclismo)
El domingo, en Bucaramanga, en medio de un embudo humano, Chaves lanzó su fuerte ataque a 8 kilómetros de la meta y nadie lo pudo alcanzar, se sacó el clavo y, por fin, se convirtió en campeón nacional.
Fuerte golpe y al hospital
Esteban Chaves ya tiene 33 años. Es un corredor maduro al que si bien el ciclismo y la vida le han dado muchos triunfos, pues también ha vivido momentos difíciles, muy complicados, mucho peores que ese pinchazo del año pasado.
Es el ciclista del ‘brazo biónico’. Lo es porque en el 16 de febrero de 2003 se chocó contra una señal de tránsito en el Trofeo de Laigueglia. Fue llevado al hospital con trauma craneoencefálico, fuerte contusión pulmonar, fractura de la clavícula derecha, del esfenoides y del yunque derecho. Se volvió nada.
Su recuperación no fue buena. Fallaron muchos procesos. Vino a Colombia y se puso en manos de los médicos Gustavo Castro y Julio Sandoval, quienes lo sometieron a una cirugía que duró 14 horas.
El plexo braquial, que es el conjunto de nervios que desde el cuello dan sensibilidad y movilidad al brazo, estaba destruido.
Esteban cambió de mentalidad. Se iba a retirar, pero no lo hizo. Quería bajarse de la bicicleta porque le dio miedo de volverse a caer. Poco a poco, el corredor bogotano superó ese duro trance y regresó a los entrenamientos, a las carreras y al podio.
Primeros pedalazos
Desde niño le gustó el deporte. A los 7 años llegó al bicicrós. En una válida distrital derrapó en una curva, precisamente antes de tomar la recta final, y se raspó la cara.
Ese día tomó la decisión de no ser ciclista. Su papá, jairo Chaves, lo respaldó, pero tenía que ver la manera de que siguiera, que cambiara la decisión.
Esteban practicó el atletismo. Ganó la Carrera Atlética de Soacha en la categoría infantil y con la bicicleta prestada obtuvo la victoria en el duatlón de Guatavita, en febrero del 2002.
Gonzalo ‘Parlante’ Agudelo (q. e. p. d), un exciclista colombiano, se comunicó con Oliverio Cárdenas y le preguntó que si no tenía un muchacho para llenar un cupo en el equipo Trek que se formaba en Medellín, y el DT recomendó a Chaves.
Historia ganadora
Ahí comenzó la historia del pedalista que ha sido campeón del Giro de Lombardía, segundo del Giro de italia y de la Vuelta a España del 2016 y del nuevo campeón nacional. En el 2017, ese certamen se realizó en Bogotá.
La figura era Chaves. Ayudó a trazar el recorrido, pero dos días antes de la carrera de fondo desistió por una molestia y no corrió. Ese año no fue para él. Esteban tuvo problemas serios con las rodillas y una mononucelosis que lo hundieron.
Venía de ganar Lombardía a finales del 2016, pero pasó un año fatal. Volvió en el 2018, ganó el Herald Sun Tour y arrancó.
El año pasado llegó al Education-EasyPos, equipo en el que también están Rigoberto Urán y Diego Camargo, su ángel guardián ayer en Bucaramanga.
En el 2022 no ganó, pero sí hizo una buena temporada, en el que se destacó por su séptimo lugar en el Critérium Dauphiné, la plata en la contrarreloj de los Nacionales y el bronce en la ruta.
Está casado, tiene otra vida y volvió a levantar los brazos un año, 10 meses y seis días después de su última victoria, en el 2021, cuando ganó una etapa en la Vuelta a Cataluña.
Ya tiene 17 triunfos en su palmarés, de los cuales ocho han sido etapas, y un título en el World Tour. Este año, como lo dijo, llevará la bandera de Colombia en el pecho de la camiseta, su mayor orgullo.
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Lisandro Rengifo
Redactor de EL TIEMPO
@lisandroabel
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