Agustín Codazzi y Tamalameque, dos pueblos emblemáticos del Cesar, celebran en medio de acordes de guitarra y notas de tamboras, que sus eventos regionales hayan sido declarados Patrimonio Cultural de la Nación.
Se trata de dos célebres festivales del departamento: Música Vallenata en Guitarra y Nacional de la Tambora y La Guacherna, que a partir de esta semana dan un salto más allá de las fronteras de sus territorios.
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Esta música interpretada con la guitarra tiene un gran significado en nuestra historia
Cada uno de ellos hace parte de las expresiones culturales que identifican a los pobladores de estos municipios.
El primero se celebra cada año en Agustín Codazzi, para impulsar el talento artístico y perpetuar la obra musical del género vallenato en guitarra.
El evento surgió en 1987 gracias a la iniciativa de un grupo de gestores culturales de esta población, entre ellos Armando León Quintero, insigne compositor y parrandero de esta comarca.
“Este año realizaremos la 35 edición de este festival. No cabemos de la alegría porque esta música interpretada con la guitarra tiene un gran significado en nuestra historia. Significa que el trabajo que realiza la fundación de este festival está dando frutos”, recalca Jorge Choperena Torres, presidente del Festival de Música Vallenata en Guitarra.
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En estas competencias los músicos participan en formato y estilo de tríos, en las categorías: Profesional, Aficionado, Juvenil, Infantil y Canción Inédita. Los aires musicales de los concursos son merengue y paseo.
“La guitarra fue el instrumento con el que la música vallenata se dio a conocer. De acuerdo a los historiadores, antes del acordeón hubo un instrumento parecido a la gaita corta, con el cual los campesinos de esta región escuchaban este tipo de música”, explica Choperena.
Alrededor de este festival hay una oferta académica que busca posicionar el conocimiento de la ruta de la guitarra en esta zona del país y la preponderancia de este folclor.
Queremos impartir un conocimiento gratuito para las nuevas generaciones
“En este momento estamos impulsando la creación de una escuela de formación de música vallenata en guitarra. Existen varias en nuestro municipio, pero queremos impartir un conocimiento gratuito para las nuevas generaciones”, resalta el presidente del evento.
Por su parte, el Festival Nacional de la Tambora y La Guacherna, hace parte de las tradiciones de Tamalameque, donde sobresalen las expresiones dancistas, conocidas popularmente como ‘baile cantao’, extendido en la depresión Momposina.
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Este proceso cultural fue creado en 1978 en esta localidad por un grupo de jóvenes, entre ellos, Luis Gonzaga Vides Peña, Edgar Guerra Noriega, Cristian Aguilar, Eccehomo Valle, Diógenes Pino y muchos más, para rescatar, difundir y resignificar las raíces de los pueblos ribereños de esta sección del caribe colombiano.
“Hubo un momento en que en este departamento se cernió como amenaza real contra nuestra cultura con la llamada Ley Consuelo Araujonoguera que estatuía la cátedra ‘obligatoria’ de la música vallenata en todas las escuelas y colegios oficiales del Cesar. Estos jóvenes salieron en defensa de lo nuestro”, detalla el poeta Diógenes Pino, estudioso de esta festividad.
Resalta, además, que la tambora es la insignia cultural de los pueblos del sur y centro del Cesar, sur del Magdalena y Bolívar. Desde entonces, ha sido la reina fiestera de estas poblaciones.
Durante los concursos del festival se escoge a los mejores cantadores, ejecutores de tambora, canción inédita, grupo de baile y de pareja.
“Todo viene por tradición oral desde tiempos inmemoriales. Hoy podemos decir que la tambora se ha revitalizado y ha tomado un nuevo aire impulsada por los pequeños festivales que se realizan en los municipios de su zona de influencia”, subraya Pino.
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El reconocimiento a través de esta declaratoria la hace el Congreso de Colombia a través de la Comisión Sexta de la Cámara de Representantes. Con ello se pretende potenciar el fomento, internacionalización, promoción, divulgación, financiación y desarrollo de los valores culturales mediante estas tradiciones regionales.
“Tras esta declaratoria pedimos que nuestras actividades deben insertarse en los programas culturales que realiza el departamento, ya que es una región multiétnica y multicultural. Incluso, debe ser parte de los eventos del Festival de la Leyenda Vallenata. De esta manera le dan vitalidad a toda la cultura de la región”, sugiere el poeta.
Ludys Ovalle Jácome
Especial para EL TIEMPO
Valledupar
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