Quedé de una pieza, hecho estatua, como la mujer de Lot, cuando volteé a mirar la TV. Agarré el control remoto y retrocedí. Sí: el ‘analista’ que transmitía del partido lo había dicho: “El futbol está sometido a la tiranía del gol”, dijo con acento de cantador de milongas. Y lo dijo claramente, con todas las letras. Seguro que ni colorado se puso.
En esta Sodoma y Gomorra del ultranálisis táctico, de doctores y eruditos, de rebuscados tecnicismos para demostrar una sapiencia mayor, han creado un ‘fútbol paralelo’ para defender que el fútbol no son ni los goles, ni los resultados ni los puntos.
En esta escuela del absurdo rompenn ‘la Matrix’ del juego y construyen una irrealidad en el fútbol en la que todo es más importante y mejor que los goles.
El fútbol es por definición un “juego entre dos equipos de 11 jugadores cada uno, cuya finalidad es hacer entrar un balón por una portería, siguiendo las reglas establecidas. Cada punto logrado es denominado gol (del inglés goal –meta–). El equipo que más goles consiga será el ganador”.
Ojo a eso: Dizque “la tiranía del gol”… La sinrazón. ¡Un disparate!
Así, es mejor el que “bascula”, el de las “transiciones”, el de “la zona dos o el de la zona tres”, el del “doblaje y el relevo”, el de la “posesión de la pelota”, “el táctico del orden”… ¡Y no es mejor el que hace los goles, nunca es mejor el que gana!”.
Cuando el fútbol deje de ser fútbol y sea nado sincronizado…
No hay que graduarse de kínder para saber que para jugar bien al fútbol hay que hacer goles. Por encima de todo, de las tácticas, de los ordenamientos, de los funcionamientos, de las estrategias, si un equipo no hace goles, pues no juega bien al fútbol. Es la ley de gravedad del juego.
Es imposible, inadmisible e inconcebible eso de jugar bien sin hacer goles. No hay verdad mayor posible. Por eso de que hay “grandes equipos con grandes expresiones futbolísticas”, a los que “solo les faltó definir” o “meterla” o “efectividad”, pues no juegan bien al fútbol.
Eso es tan descabellado como decir que es un excelente tirador por su gran técnica, agarre perfecto del arma, control mental aquel al que solo le falta… ¡puntería!
Cuando el fútbol deje de ser fútbol y sea nado sincronizado, entonces, ahí sí, el ganador se definirá por unos jueces analistas que darán su puntuación: cuatro por la sincronización de movimientos, cinco la por precisión de las figuras, tres por las acrobacias, cinco por el equilibrio, cuatro por la creatividad, y así…
Pero mientras el fútbol sea fútbol para jugar bien hay que hacer goles. Si no haces goles, por más que un equipo tenga la pelota o ataque o se defienda o sea ordenado o sea lo que sea en un juego que es a hacer goles, pues si no hace goles no juega bien. Es tan, pero tan simple…
¡O pregúntenle a la Selección Colombia de Reinaldo Rueda, bien eliminada del Mundial por jugar mal, por no hacer goles! Punto.
Por eso, concluir que un equipo de fútbol juega bien si es “equilibrado”, es decir, que ataca y hace goles y se defiende y los evita, pues es la obviedad del agua tibia, que no es ni caliente ni fría.
En el fútbol todo se hace para hacer goles y para evitarlos. Y ahora resulta que dizque el fútbol padece el sometimiento “de la tiranía del gol”. ¡Válgame Dios!
Meluk le cuenta…
Gabriel Meluk
Editor de Deportes
@MelukLeCuenta
Lea también:
Fuente