Históricamente, el sector del salto del Tequendama ha sido conocido por su impresionante cascada y por los casos en que personas deciden lanzarse en el abismo de 156 metros.
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Sin embargo, esta zona de Cundinamarca, fundamentalmente en el tramo de la vía Soacha-Mesitas que conecta a El Charquito y Bellavista, se ha convertido últimamente en un sector de alto riesgo para conductores y ciclistas.
Allí, en un tramo repleto de curvas cerradas y con un solo carril por sentido, que bordea un profundo abismo, se han presentado extraños accidentes que, en algunos casos, han dejado víctimas fatales.
Vivieron para contarlo
El caso más reciente ocurrió en la tarde del sábado 1.° de octubre en el kilómetro 8 cuando una camioneta que viajaba con cuatro ocupantes se volcó y terminó en el fondo de un abismo de 100 metros.
La emergencia fue atendida por el Cuerpo de Bomberos Voluntarios de San Antonio del Tequendama, en coordinación con Bomberos Oficiales Soacha y con la Cruz Roja, y no dejó heridos de gravedad, sin embargo, el vehículo quedó totalmente destruido.
De acuerdo con el reporte de los rescatistas, los cuatros ocupantes eran mayores de edad. “Con ayuda de la comunidad y Bomberos Oficiales Soacha se realizan maniobras de rescate de los ocupantes del vehículo hasta zona segura, donde son valorados y traslados hacia Hospital San Luis”, señaló el Cuerpo de Bomberos Voluntarios de San Antonio del Tequendama.
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Las cuatro personas pudieron salir del vehículo con la ayuda de los bomberos.
Bomberos de San Antonio del Tequendama
Un posible suicidio
En noviembre de 2018, Óscar Ignacio Duarte Castañeda, un ciudadano de Pacho, Cundinamarca, que conducía una camioneta Ford Explorer, cayó en el mismo mirador en el que falleció Gerardo Segura, días atrás.
Las tareas para ubicar el automotor tardaron más de seis horas. Dentro del vehículo, Bomberos Oficiales de Soacha, encontraron el cuerpo del hombre de 45 años.En este caso, las primeras hipótesis indicaban que se trataría de un suicidio, sin embargo, a la fecha, no se han determinado las causas el siniestro vial.
La muerte de Gerardo Segura

Gerardo estaba a punto de cumplir 48 años cuando falleció.
El miércoles 21 de septiembre la región amaneció con una noticia que estremeció a todos sus habitantes. Un automóvil Aveo de placas RMW 778, de color rojo y con matrícula de Bogotá, cayó en extrañas circunstancias por un abismo en el mirador San Pacho, en la vía que conduce de Bogotá a Mesitas.
El vehículo era conducido por el comerciante Germán Lino Segura Franco, oriundo de San Antonio del Tequendama, quien murió tras caer en un abismo de 400 metros entre las 12:20 y las 12:25 de la madrugada, según John Bairon Forero, un joven que trabaja como ‘paletillero’ en una obra que está a 50 metros del precipicio.
Según las primeras hipótesis de las autoridades, el vehículo había salido de Soacha sobre las 12:30 a. m. con destino a San Antonio del Tequendama luego de visitar a su esposa, y a la 1:30 a. m. el automóvil había caído en el abismo. No obstante, el testimonio de Forero, el trabajador de la obra, contradice dicha teoría.
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El joven cuenta que vio el Aveo rojo circular por la vía en sentido Mesitas-Soacha a las 12:15 y que 10 minutos después lo volvió a ver bajando.
“Yo vi cuando el carro subió porque llevaba una llanta averiada. El carro cruzó y yo dije: ‘Ese carro va vuelto nada, seguro se va a despinchar por allá’. Pero a los 10 minutos volvió y bajó (…), cuando cogió la curva cogió vuelo y se llevó la cerca y cayó al vacío. El accidente fue sobre las 12:25, él iba solo”, contó John Bairon.
Luego de 60 horas de búsquedas con más de 40 unidades de bomberos, Defensa Civil y Policía, el cuerpo de Gerardo Segura Franco fue encontrado el viernes a las 11:57 a. m. a 150 metros del lugar en donde fue encontrado el Aveo rojo. “Decidimos tomar otra ruta y realizar un peinado en una zona de difícil acceso. Llegamos a la conclusión de que el vehículo cayó, golpeó una zona rocosa que está dentro del abismo y en algún momento entre ese choque y la caída definitiva, su cuerpo salió despedido”, señaló el capitán Raúl Riobueno, del cuerpo de Bomberos de Soacha.
Los ciclistas tampoco se salvan
El pasado 25 de septiembre, en inmediaciones al kilómetro 2+900, un ciclista cayó al río Bogotá luego de perder el control de su bicicleta en una curva. El deportista salió despedido después de chocar contra un pequeño muro de contención y cayó en un sector del afluente lleno de rocas.
En trabajo conjunto entre Bomberos Oficiales de Soacha, ambulancias Soacha y las unidades del Cuerpo de Bomberos Voluntarios San Antonio del Tequendama, facilitaron el rescate del deportista.
REDACCIÓN BOGOTÁ
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