Los que están detrás de robos en iglesias en el Valle – Cali – Colombia

‘Señor mío y Dios mío’ se lee en una de las paredes de la iglesia San Miguel Arcángel, clamor que bien podría completarse con un desesperado ruego: “No más robos en esta parroquia”.

Está ubicada en el barrio Bretaña, en la zona donde se unen sectores del centro de Cali con el sur de la ciudad. 

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Allí, feligreses y el párroco Nelson Rodríguez oran para que cesen las acciones de quienes violan el séptimo mandamiento del Catolicismo: no robarás.

Y es que el hurto de las 17 letras de bronce que formaban el nombre de la pequeña iglesia, caso conocido el 5 de octubre del año pasado, por parte de hombres que escalaron, cual si fueran Spiderman, la torre de unos 10 metros de alto hasta el nivel del tejado para luego descender unos tres más al suelo firme, no ha sido el único incidente. 

El robo de las 17 letras quedó grabado en video, en octubre de 2022. Uno de los presuntos responsables fue capturado.

Foto:

Archivo particular, de video

El sacerdote señala que los robos y los intentos de hurtos se venían presentando desde antes y continuaron a finales de ese 2022 y en este 2023, especialmente, entre cables y bombillos.

Pero las letras también se volvieron apetecidas por el material mismo: el bronce que atrae a bandas delincuenciales y estructuras ilegales dedicadas a venderlo, así como el cobre en el mercado clandestino, en la capital vallecaucana.

Justamente, el cableado de cobre de líneas telefónicas es parte también del ‘calvario’ por los ladrones, además del hierro de rejas de la misma iglesia que terminan vandalizadas.

El cobre se volvió atractivo en una mafia, al punto de que robos de cables de telefonía, televisión e internet siguen generando pérdidas anuales de unos $ 10.000 millones a las Empresas Municipales de Cali (Emcali). Solo un kilo de cobre puede costar $ 45.000 en el mercado.

Según el jefe de la Unidad de Seguridad de la empresa pública, coronel Germán Huertas, se ha llegado a registrar entre 15 y 20 reportes por día sobre daños por robos de cableado en el servicio de telecomunicaciones en esta capital.

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“En comienzo se pensaba que eran habitantes de calle, pero con las autoridades se ha venido estableciendo que sería bandas organizadas”, dice el funcionario. Añade que esta semana hubo un comité con delegados de la alcaldía de Cali, así como de Policía y Ejército para buscar salidas a estos hurtos.

“Somos una empresa y no tenemos la capacidad para enfrentar esta situación que es un problema de seguridad pública”, anota el coronel.

Es tal el fenómeno de robo de cables de cobre de telecomunicaciones en toda Cali, no solo en las iglesias, que en todo un año la empresa arrojó 2.604 requerimientos de arreglos, tras los hurtos y vandalismo.

“Los ladrones se han entrado por el techo. Muchas veces nos han robado las letras y el cableado”, agrega el párroco del barrio Bretaña.

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Recuerda que el robo más sonado fue el de todas las letras en octubre pasado porque uno de los presuntos escaladores de la torre quedó grabado en un video, mientras abajo lo esperaban uniformados de la Policía, luego de que la comunidad les alertó.

Pero templos de otras religiones, como iglesias cristianas tampoco se han salvado del ‘viacrucis’ por este delito en la ciudad.

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Es así que en una de estas iglesias cristianas, en el barrio Meléndez, el 28 de enero de este 2023, los ladrones se llevaron dos televisores, dos parlantes y una pipeta de gas, avaluados en $ 8 millones, elementos que fueron recuperados en menos de 24 horas por la Policía Metropolitana y que estaban ocultos en una vivienda del mismo barrio, en la comuna 18, en el suroccidente de Cali.

“Agradecer a la Policía y por su pronta reacción para recuperar los objetos para seguir trabajando en la fundación con la labor social en la iglesia”, dice uno de los miembros de esta congregación, quien solicitó a las autoridades no dar datos de su identidad.

“Se invita a la ciudadanía a denunciar hurtos y así lograr capturar a los responsables”, expresa el comandante de la Policía Metropolitana de Cali, general José Daniel Gualdrón, quien manifiesta que ese fin de semana se activó el ‘Plan cazador’, apoyando el grupo de Investigación Criminal en diferentes sitios de la ciudad. A diario se están reportando entre tres y cinco capturas diarias por hurtos en la ciudad.

Pese a los operativos que se han activado con el respaldo de la secretaría de Seguridad y Justicia de Cali, como el ‘Plan cazador’, hay otros casos reportados por iglesias católicas.

El sacerdote católico Rodrigo Riascos, de la parroquia Nuestra Señora de las Lajas, en el barrio Olaya Herrera, en el nororiente caleño, también menciona que el templo ha sido blanco de constantes robos. Primero fueron los cables y en este mes, la urna donde feligreses depositan monedas como ofrendas a Dios.

La emblemática iglesia La Ermita, en el corazón caleño sobre la calle 13, tampoco se ha escapado de los ‘amigos de los ajeno’. El 14 de octubre 2020, un ágil ladrón entró por el techo y hurtó las ofrendas, además de 4 millones de pesos y un teléfono celular y el año pasado hubo otro robo, luego de que los delincuentes ingresaron, rompiendo algunos de los vitrales, según informes de la Arquidiócesis de Cali.

En la iglesia cristiana Misión Paz a las Naciones de Yumbo, fundada por el excandidato presidencial y pastor John Milton Rodríguez, extremaron medidas, luego de que el 28 de septiembre del año pasado, hombres armados ingresaron al templo, en el kilómetro 1 de la vía de Cali a Yumbo y se robaron objetos avaluados en $ 60 millones.

La comunidad de religiosas clarisas de la patrimonial capilla San Antonio de Cali, construida en 1747 y uno de los atractivos y miradores de esta capital, también ha sido blanco de la delincuencia y lo ha sido a lo largo de toda una década.

En la tercera semana de abril de 2013, media tonelada de peso y un metro de altura de una de las campañas en cobre no fueron impedimentos para que en ese entonces fuera robada. Cinco años después hubo un nuevo llamado, porque solo en 17 días de julio de aquel 2017 se les entraron los ladrones cuatro veces.

En este momento, el temor de las monjas se mantiene, mientras en la Policía informan que está atenta a brindar seguridad.

También se han reforzado medidas en la parroquia católica Medalla Milagrosa, de Palmira, desde que el 28 de marzo de 2021 se robaron el cáliz eucarístico, en plena Semana Santa.

En la Catedral de Palmira también se recuerda que el 8 de enero de 2017, un hombre violó los candados y se robó 450.000 pesos en ofrendas, además de un televisor LED de 60 pulgadas. La Policía lo capturó, en ese entonces.

Allí, no se han vuelto a conocer nuevos incidentes, pero la Policía informó que se vigila y se hace seguimiento a personas sospechosas cuando van repetidas veces a la iglesia. El objetivo es evitar que sean falsos fieles, cuyo interés es seguir pecando sin penitencia alguna ni el ánimo de pedir perdón.

CAROLINA BOHÓRQUEZ
​CORRESPONSAL DE EL TIEMPO 
CALI


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