En la cultura contemporánea, que ahora se mezcla inevitablemente con tecnologías digitales de todo tipo, los jugadores de videojuegos han emergido como una fuerza influente que está moldeando no solo la industria del entretenimiento, sino también generando impactos significativos en varios sectores importantes, tal y como lo es el financiero.
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En este contexto, surge la necesidad de comprender de cerca los desafíos que los ‘gamers’ presentan al sector debido a las interacciones en línea que, según varios estudios y reportes, cada año generan miles de dólares.
Se calcula que, según Acer, la empresa taiwanesa fabricante de productos informáticos, en América Latina existen aproximadamente 335 millones de jugadores, siendo Colombia el hogar de más de 20 millones de ellos. Esto sitúa al país como el tercer mercado más grande de la región, superado únicamente por Brasil y México.
El sector de los videojuegos en Latinoamérica experimenta un crecimiento anual del 6.1%, convirtiéndolo en un aspecto cada vez más significativo al analizar cómo las nuevas generaciones gestionan sus asuntos financieros.
Los nuevos ingresos que desafían lo tradicional
Se estima que la industria de los videojuegos genera ingresos que superan los 6.000 millones de dólares en la región. En Colombia, los videojuegos reportaron ganancias por encima de los US$1.200 millones en el año 2021, según un informe de la consultora en videojuegos y tecnología Newzoo.
Estas cifras no corresponden solamente a los periféricos (es decir, los accesorios y herramientas tales como teclados, mouses o audífonos), o los juegos como producto físico o digital; sino que también relaciona todo aquello que hay dentro de un videojuego.
En otras palabras, la transacción de valor, el canje de puntos, la adquisición de skins (que es la apariencia de los personajes), entre otras actividades, representan un nuevo tipo de ingresos.
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Ahora bien, ¿cómo se relaciona esto con los nuevos retos en el sector financiero? Pues bien, en un mundo en el que la digitalización se está tomando la mayoría de procesos tradicionales en nuestra vida cotidiana, bancos y empresas deben adaptarse a las transacciones en línea o no físicas.
Además, el tema de comprar de manera constante en línea artículos para videojuegos supone nuevos retos para la seguridad financiera de los usuarios. Esto no solo para los productores y distribuidores, sino también para las plataformas que mantienen en pie este tipo de productos.
Por ejemplo, en Steam se pueden vender cajas del juego Counter-Strike: Global Offensive, las cuales contienen armas o skins especiales. Esto, bajo una transacción con dinero real que pude ir en aumento según lo vendido.
Bajo este orden de ideas, no solo es necesario que los bancos y pasarelas de pago puedan ofrecer opciones seguras para realizar este tipo de transacciones, sino también una educación que le permita a los jugadores no caer en estafas en línea.
Por otro lado, la creación de productos específicos para estas necesidades también demuestra el avance en el sector. Ejemplo de ello es la implementación de la infraestructura blockchain para el sistema financiero de América Latina, tal y como lo hacen empresas como Koibanx.
Cabe resaltar que ‘blockchain‘ hace referencia, según la Cámara de Comercio de Valencia, a “una estructura matemática para almacenar datos de una manera que es casi imposible de falsificar”.
Sin embargo, estos son elementos que hasta el momento siguen en desarrollo y que están en constante renovación debido al acelerado crecimiento de la industria.
Laura Natalia Bohórquez Roncancio
REDACCIÓN ÚLTIMAS NOTICIAS