En entrevista con EL TIEMPO, la senadora y negociadora de paz María José Pizarro habla sobre el tercer ciclo de conversaciones con el Eln y se refirió a la negociación con el ‘Estado Mayor Central’, próxima a iniciarse.
(Además: ‘Negociar con varios grupos permite pensar en un cese del fuego simultáneo’).
Pizarro señaló que la deuda que hoy existe con los firmantes y con las víctimas es por culpa de la falta de implementación de los acuerdos durante el gobierno Duque y, además, confirmó que existe una posibilidad de que el cuarto ciclo de negociación se realice en Colombia.
¿Cuáles serán los temas centrales en este tercer ciclo de conversaciones con el Eln?
Buscamos avanzar en temas que consideramos sustanciales, es decir, entrar en los temas fuertes y gruesos de la negociación. En primer lugar, la participación, y en segundo lugar, un tema que, aunque estaba mucho más atrás en la agenda, es un asunto que, por el reclamo de la sociedad, por las presiones que están sintiendo, por los recientes acontecimientos con la Fuerza Pública, pero sobre todo por la sociedad que también está bajo una sensación de inseguridad en medio de una confrontación, pues por supuesto están exigiendo que se avance muy rápidamente en el cese del fuego y de hostilidades.
¿Qué tan cercano está ese cese del fuego?
Es muy difícil avanzar en ese punto si no tenemos un proceso de participación consolidado donde la población, que es el centro del acuerdo.
Lo primero es que la urgencia la ha venido marcando la sociedad colombiana, no los medios de comunicación, no los sectores políticos ni siquiera la misma mesa de diálogos, sino que la urgencia la han puesto sobre la mesa las comunidades que están en medio del fuego cruzado y que están viviendo en medio de una sensación de violencia y de agresión. Y, por otro lado, pues por supuesto, quienes definitivamente desean pasar la hoja de la guerra y desean poder vivir en esos territorios donde hay presencia del Ejército de Liberación Nacional. Entonces creo que la urgencia la marca la sociedad, pero en el acuerdo lo marcan el sentido de que necesitamos avanzar en la participación de la sociedad para poder construir el siguiente punto del acuerdo que sería el de las ‘Transformaciones para la paz’.
Es muy difícil avanzar en ese punto si no tenemos un proceso de participación consolidado donde la población, que es el centro del acuerdo, pueda definitivamente participar, edificar y construir lo que va a ser el derrotero de la paz y por lo tanto esas transformaciones para hacer esa paz. El cese del fuego está muy conectado con la participación de la sociedad y será esa participación la que vaya marcando el ritmo de ese proceso.

Las delegaciones del Gobierno y el Eln continuarán la negociación en Cuba.
Ana María Rodríguez. EL TIEMPO
Con las recientes acciones del Eln, ¿habrá consecuencias en la mesa de negociación?
Por supuesto que va a ser un motivo de diálogo y seguramente no va a estar desprovisto de tensiones. Seguramente esa misma conversación obligada, pues nos llegue en un entorno de tensión, pero el objetivo es sacar este proceso de paz adelante. Nuestro objetivo es no levantarnos de la mesa hasta que la paz en Colombia sea una realidad. Esa es la decisión que ha tomado la delegación del Gobierno nacional y esperamos que la otra parte, es decir, el Ejército de Liberación Nacional, esté y tenga esa misma voluntad. Mientras la voluntad esté presente, mientras la decisión está tomada.
Creo que todo lo podemos ir solucionando a pesar de que la construcción de paz no es una imposición, existirán momentos de tensión y de desavenencias en los que se requiera que esté mucho más presente el espíritu de la concertación y de la conciliación para poder sacar adelante el proceso.
(Además: ‘Negociar con varios grupos permite pensar en un cese del fuego simultáneo’)
Nuestra responsabilidad como delegación del Gobierno está, en primer lugar, no solamente con el mandato que nos ha entregado el presidente Gustavo Petro de ‘paz total’, es decir, de poder entregarles a las nuevas generaciones de colombianos un escenario de paz, sino, por supuesto, también con la sociedad colombiana y las nuevas generaciones que a través de movilizaciones que ya llevan varios años diciéndonos que la paz es el camino. Yo, por supuesto, soy representante de una generación en esta mesa de diálogos y por lo tanto llego con esa voz siempre crítica, por el derecho a una sociedad distinta a la que tuvieron que crecer nuestros padres.
¿Hay algún escenario en el este proceso con el Eln pueda fracasar, es decir que ellos se puedan levantar de la mesa?
La pregunta que hoy, en este momento, tiene que hacerse el Ejército de Liberación Nacional es si la convicción está de su lado.
Pues ese es un escenario que siempre está presente, pero como dije antes, no hace parte de nuestras consideraciones. Nuestras consideraciones están en lograr construir el diálogo, los canales y los mecanismos para que sea una paz real y para que al final lleguemos al fin del conflicto con el Ejército de Liberación Nacional. Nosotros llegamos con la decisión tomada de sacar adelante el proceso de paz. La pregunta que hoy, en este momento, tiene que hacerse el Ejército de Liberación Nacional es si la convicción está de su lado. Lo demás es también un compromiso de la sociedad colombiana, entre todos los sectores que hemos padecido el conflicto, incluidos empresarios, todo el entorno de violencia en el que tristemente está nuestro país, todos quienes estamos comprometidos con la paz tenemos que empezar a darle también respaldo a la paz. No puede ser una novia solitaria, sino todo lo contrario: tiene que ser una posibilidad que respalden todos los sectores de la sociedad colombiana.
Hemos compuesto nuestra delegación de tal manera que hay representación de distintos sectores de la sociedad colombiana. Precisamente, por el último comunicado de ‘Antonio García’ podemos ver también allí expresiones en favor de avanzar en estos diálogos. Yo creo que hoy, más allá de las reflexiones necesarias y a pesar de las tensiones, como he dicho anteriormente, poniendo de presente la vida de la sociedad colombiana, pero también la de aquellos miembros de la Fuerza Pública que tristemente fueron asesinados recientemente y con esa convicción y en su memoria, tenemos que sacar adelante este tercer ciclo de diálogos.
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¿No le preocupan esos mensajes de ‘Antonio García’? Él habla de un posible cese del fuego, pero también deja abierta la puerta para más acciones militares contra la Fuerza Pública…
Pues es que la opción está sobre la mesa, siempre y cuando no exista un cese bilateral del fuego, por eso, el cese bilateral y el cese de hostilidades se vuelven cada vez más importantes. Sabemos que el proceso de paz está en el centro de la opinión pública, que la violencia es cada vez más intolerable por parte de la sociedad colombiana y, por lo tanto, para que pueda primar la política y no la violencia, tendremos que poner seguramente la violencia en pausa. No es solamente el anhelo del Gobierno nacional, no es solamente el anhelo del Ejército de Liberación Nacional que está sentado en una mesa, sino por supuesto la sociedad colombiana que exige, vuelvo y repito, que esta situación de cese de la violencia se pueda dar.
Otty Patiño dice que esta negociación es la ‘pieza central’ de la ‘paz total’. ¿Usted lo ve igual?
La negociación está en el centro y lo que hemos buscado precisamente es que las armas no sean las que primen. Esa es la piedra angular de estos diálogos, pero además tenemos tal entorno de violencias que se multiplican en los territorios y hemos dicho que el centro del diálogo es la población civil, que para dar respuesta a esa situación de violencias que vive la sociedad colombiana tenemos que empezar precisamente a dar pasos ciertos e irreversibles hacia la paz que hoy implica el hecho de que el Gobierno nacional y el Ejército de Liberación Nacional estén sentados intentando sacar adelante una negociación.
No estamos exentos de tensiones en el futuro, seguramente crisis en el futuro, pero al final del camino tenemos, y ese es el objetivo, que entregar esa solución negociada al conflicto. Ese es el derrotero y ese es el sentido de que una delegación tan amplia con dos congresistas, con líderes gremiales, ganaderos, defensores derechos humanos y de las comunidades étnicas, miembros de las Fuerzas Armadas estemos sentados dialogando con el Eln.
¿Es posible tener un ciclo de negociación en Colombia?
Se ha planteado, por supuesto. Nosotros creemos que es posible avanzar en diálogos en nuestro país, que es deseable también hacerlo, yo como mujer, por supuesto, creo que las mujeres también tenemos mucho que decir en este proceso y las que hemos sobrevivido, las que hemos mantenido el tejido social, hemos sido las mujeres colombianas. Las mujeres colombianas no solamente estamos exigiendo la paz, sino poder participar en este proceso, así que creo que las mujeres podemos y debemos hacer un llamado muy firme para que ojalá pudiésemos dialogar, no yo por supuesto, que en este momento estoy dialogando, pero que las mujeres puedan generar espacios de participación y que, además, un cuarto ciclo pueda darse en nuestro país.
Hay críticas de ex negociadores de paz por la implementación parcial en la nueva agenda, ¿cuál es el sentido de hacerlo de esa forma?
Lo primero es que, reconociendo los logros y aprendizajes que nos deja el modelo de negociación que lideró Humberto de la Calle, hoy compañero mío en el Senado de la República y en la Comisión Primera, y es que ‘nada estaba acordado hasta que todo estuviera acordado’ y reconociendo que sacaron adelante un proceso de negociación difícil y que avanzaron en un proceso de negociación con el Ejército de Liberación Nacional, estamos con un gobierno diferente, con un Eln distinto al de hace cuatro años y con una sociedad que también ha cambiado. Por supuesto el modelo de negociación nuestro es un modelo diferente. Nosotros tenemos un modelo de negociación en el que consideramos que podemos ir acordando e implementando. Eso ya arrancó con la caravana humanitaria que se realizó en enero y que dejó un informe que fue recogido por la vicepresidenta Francia Márquez y que además ya está siendo implementada por ella misma.
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Quiere decir que, de facto, se avanza en la implementación y la invitación también es a que los medios de comunicación puedan revisar los avances que ha tenido esa implementación, que creo deja un interesante compromiso y es que el Ejecutivo, es decir el Gobierno Nacional, recoge esas recomendaciones y empieza a transformar, a escuchar y a ejecutar todos aquellos compromisos que se adquirieron con la comunidad en el marco de esta caravana humanitaria donde estaban los gestores de paz del Ejército de Liberación Nacional, delegados del Gobierno y de las organizaciones acompañantes.
¿Qué se puede negociar con el Estado Mayor Central que no se haya discutido ya con las Farc? ¿Cómo analiza esta nueva negociación?
Y la sociedad definitivamente está cansada y llevamos un cansancio de muchas décadas; por eso es hora de ponerle fin.
Estamos hablando de un grupo que en su momento decidió regresar a las armas y que tiene consideraciones importantes. Que tienen influencia en zonas donde la violencia debe ser superada. No solamente porque creemos que la paz es posible y porque tenemos un empeño que es la ‘paz total’, que es mucho más amplia, sino porque las comunidades que están allí no pueden retroceder en aquello que se había avanzado. Las comunidades ya estaban viviendo, o por lo menos estaban construyendo, unos proyectos de vida un poco distintos en un entorno más tranquilo y pues han regresado al terror y a la violencia.
Para poder superar toda esta situación necesitamos avanzar estos procesos de paz. Creo que la misma situación de violencias en las que está inmersa el país, de violencias que se reciclan, nos exigen nuevos modelos de negociación que nos permitan avanzar de manera muy rápida para que la paz no sea una deuda que tengamos que esperar 20, 30 o 40 años.
La paz puede ser un disfrute lo que pasa es que la sociedad colombiana no ha podido ni siquiera plantearse a sí misma en un entorno de paz y las nuevas generaciones queremos en la urbano y en lo rural, vivir en un entorno sin violencias. Hoy tenemos violencias que se reciclan y cada vez que se reciclan las violencias son mucho más degradadas, mucho más difíciles, mucho más cruentas y crueles. Y la sociedad definitivamente está cansada y llevamos un cansancio de muchas décadas; por eso es hora de ponerle fin.
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¿Cómo hacer que estas negociaciones vayan para un mismo lado?
Como bien lo anunció el presidente Gustavo Petro se establecerá una mesa con unas características y condiciones en función de lo que son las disidencias y por el otro lado hay una mesa con presencia de varios países latinoamericanos, de organizaciones acompañantes, con la misión de verificación de Naciones Unidas y su enviado especial. Yo creo que los derroteros están marcados, tendremos que esperar a ver porque aún no conocemos cuál es la composición que va a tener ese escenario de diálogos con las disidencias.
¿Cómo le parece la propuesta de las disidencias de las Farc de instalar una mesa de negociación en Noruega?
Saludamos, por supuesto, la propuesta de las disidencias de las Farc de instalar una mesa de negociación. Saludaremos esta y todas las propuestas tendientes a construir una paz completa e integral en nuestro país, sin embargo, haremos un llamado siempre a que las negociaciones avancen en nuestro país, aquí están las víctimas, aquí está la sociedad, aquí está la población aquella que ha sufrido los rigores de la guerra y la sociedad en su conjunto.
‘Iván Mordisco’ llegó armado a la cita con el gobierno, ¿cree que intenta enviar un mensaje?
‘Iván Mordisco’ es hoy un hombre que hace parte de un grupo armado, por supuesto va a llegar con su arma, como han llegado con sus armas en el primer acercamiento, en el primer encuentro distintas organizaciones a lo largo de nuestra historia. Tenemos que poner nuestros énfasis más en los gestos de paz que en aquellos pequeños detalles que nosotros pensamos nos llevarían a la guerra. El objetivo de Colombia es construir la paz y se requiere, por parte de todos los sectores de nuestro país, que pongamos un énfasis en las salidas hacia la paz y no en los caminos hacia la guerra.
La senadora señaló que la deuda que hoy existe con los firmantes y con las víctimas es por culpa de la falta de implementación de los acuerdos durante el gobierno Duque.
¿Ve positivo el encuentro entre el Alto Comisionado para la Paz y los ex jefes paramilitares?
Yo soy hija de una persona que le propuso al país, no la paz con el M19, que le propuso al país la paz integral y la paz integral suponía avanzar en diálogos con todos aquellos que estaban contribuyendo a la violencia y al desangre de nuestro país. Estoy convencida de que la paz completa tiene que ser una realidad. No se puede hacer la negociación con unos mientras se siguen asesinando entre otros, mientras se combate a este, se hace la paz con este, pero entre estos combaten y entonces en medio de toda esta circunstancia, lo que tenemos es una sociedad absolutamente desconcertada porque finalmente lo que la gente está escuchando son los tiros. Así que hay cosas que solucionar y hay cosas que solventar y hay cosas que dialogar.
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Recordemos que en este país en el gobierno de Álvaro Uribe se avanzó en una negociación con los jefes paramilitares, así que hay que escuchar a todos los sectores para poder encontrar la solución a los problemas que nos están aquejando, pero no podemos estar constantemente en fases incompletas que es lo que tenemos en nuestro país: un pedacito hace la paz y el otro sigue en la violencia. Se traiciona por parte de la del Estado un acuerdo de paz, se reproducen las violencias y como lo dije hace un momento, cada vez que eso sucede lo que tenemos es menos sentido político, menos capacidad de diálogo, cada vez la afrenta es mayor y cada vez la paz se hace más irreversible. Nosotros queremos hacer irreversible la paz y por lo tanto tendremos que dialogar con todos los sectores que puedan contribuir.
Ese es el derrotero final y eso va a implicar muchas dosis de generosidad, de comprensión y a veces de que se tengan que hacer cosas que no siempre somos capaces de entender. Como por ejemplo el hecho de que un presidente, que además denunció el paramilitarismo y la parapolítica, se siente a dialogar con jefes paramilitares o que él que fue el gran contradictor de Álvaro Uribe Vélez, también haya generado un escenario de diálogo y de concertación, eso implica que la paz y la concertación, y la Constitución y Colombia están por encima de cualquier otra consideración.

Danilo Rueda y 10 exjefes paramilitares se reunieron. Acordaron una mesa de seguimiento al proceso de reinserción.
Oficina del alto comisionado de Paz
En cuanto a la implementación de los acuerdos de La Habana, el presidente hablaba de una falta de recursos para lograr esa implementación total, ¿le preocupa esto?
Yo creo que hubo un gran equipo técnico en el momento de la negociación del gobierno de Juan Manuel Santos que, seguramente hizo cálculos para poder asumir el compromiso. Hoy lo que vemos es que el costo de esa negociación es difícil de solventar. Nosotros lo venimos diciendo en el Congreso de la República no solo en lo que tiene que ver con los diálogos con las Farc, sino también con la misma Ley de Víctimas. Nosotros hemos repetido que no solamente el avance de reparación integral a las víctimas iba absolutamente lento, sino que además el volumen de víctimas era tal que se hacía muy difícil poder cumplir con aquello que fue aprobado aquí en el Congreso de la República cuando se aprobó la Ley de víctimas.
Pero entre más guerra tenemos más inviables se vuelve porque más víctimas hay y incumplimientos existen. Nosotros venimos además de un rezago absolutamente grande que son los cuatro años de gobierno del presidente Iván Duque, en el que en mi criterio sí hicieron trizas la paz. Su implementación fue absolutamente pírrica y, por lo tanto, esa es la deuda que tenemos hoy.
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O sea que el cuestionamiento no es al presidente Gustavo Petro, que tiene todo el compromiso de cumplir con los acuerdos y de reparar a las víctimas, sino con los gobiernos que no cumplieron con lo que tenían que haber cumplido. Creo que todas las críticas en este momento las tiene que tener el presidente Iván Duque y no Gustavo Petro con su sinceridad. El presidente Gustavo Petro está actuando con sinceridad con el pueblo colombiano en cambio, el presidente Iván Duque actuó con absoluta irresponsabilidad en relación con lo que él tenía que hacer, lo que era su compromiso como jefe de Estado que era cumplir con la implementación de los acuerdos de paz y avanzar en la reparación de las víctimas.
Danilo Rueda ha sido el foco de las críticas durante las últimas semanas por su trabajo al frente de la ‘paz total’, ¿Cómo ve la gestión del Alto Comisionado para la Paz?
Tiene una tarea que no es menor, es una tarea monumental porque implica lograr que los diálogos con el Ejército de Liberación Nacional avancen a buen ritmo, mientras tiene que avanzar en un escenario de conversaciones construido con las disidencias y además avanzar en los diálogos con lo que él ha llamado ‘las bandas multicrimen’. Sin embargo hay logros que considero son importantes en este momento. En primer lugar, la mesa de diálogos con el Ejército de Liberación Nacional continúa. Lo que en otros gobiernos se demoraron seis años en este en este Gobierno se ha hecho en tres ciclos. El fin de semana se instaló un nuevo escenario de conversaciones. Buenaventura vivió o vive un escenario de paz en este cese o acuerdo que hay entre las bandas que operan en el territorio.
Entonces, aunque es una tarea titánica hay avances importantes y a veces uno tiende a ver el vaso medio vacío y no medio lleno, pues bueno, ahí se va llenando el vaso de buenas noticias y tenemos que tener la capacidad de poder recoger lo que en mi criterio si es una buena gestión y lo están diciendo los logros. Por otro lado, ya se habló con Comunes y los firmantes de paz para revivir la Consejería del posconflicto y que por lo tanto ese componente, que era un tarea adicional a todas las tareas que tenía el Alto Comisionado, lo puede asumir un comisionado que pueda dedicarse a cumplir con los acuerdos firmados con las Farc.
¿Cómo vio la decisión del presidente Petro de ponerle fin a la tregua con el ‘clan del Golfo?
La paz se ve con gestos. La paz es una construcción de dos partes, no es un gesto absolutamente generoso de una sola parte. El ‘clan del Golfo’ tendrá que demostrar que está comprometido con la paz. Si no es así, es un grupo que habrá que combatir como tantos otros que no crean en la posibilidad de que Colombia pueda superar los ciclos de violencia. Así que no solamente como negociador ante del Ejército de Liberación Nacional sino como senadora de la República respaldó la decisión que ha tomado el Presidente de la República.
¿Cómo ve el ambiente político para la discusión de la ley de sometimiento en Comisión Primera?
Somos conscientes de que las reformas no van a salir exactamente como nosotros las estamos planteando, que su paso por el Congreso y en su diálogo con la sociedad sufren ajustes. Por supuesto somos un Gobierno de diálogo, somos un gobierno de concertación y por lo tanto tenemos que dialogar y concertar con las distintas fuerzas políticas que tienen asiento en el Congreso de la República. Nosotros queremos sacar adelante una ley de sometimiento a la justicia que permita que esos que están armados y ejerciendo la violencia en el territorio, puedan someterse para poder entregarle a la sociedad un entorno en paz. Ese es básicamente el objetivo y para ello tendremos que, por supuesto, escuchar y estar dispuestos a generar acuerdos que nos permitan sacar una ley de sometimiento a la justicia con la que todos nos sintamos cómodos. Aquí el objetivo, no es ninguno de los que se inventa la oposición en relación con este proyecto de ley, sino poder definitivamente generar las condiciones para que grupos armados se sometan a la justicia y por lo tanto podamos empezar a quitar la carga de violencia que existe en nuestro país. Ese es el mandato que recibimos del pueblo colombiano cuando nos votó y cuando nos permitió dirigir los destinos de este país.
¿Cómo avanza el proceso de denuncias por acoso?
Hemos recibido denuncias, pero como lo dijimos desde el primer momento, en el centro de nuestras investigaciones, en el centro de nuestra acción está la voz de las víctimas, su seguridad emocional y jurídica. Hay algunas denuncias que ya se han interpuesto ante la Fiscalía General de la Nación, hay otras en las que estamos trabajando en la indagación. Al final, como decimos, el objetivo final es que existan denuncias efectivas, pero para eso hay que construir un entorno de confianza. Sabemos que no es una tarea fácil, muy seguramente se esperaba un gran escándalo sin proporciones, pero lo primero que tenemos que saber es qué esperan las víctimas, si están dispuestas a asumirlo, acompañarlas en ese camino y seguramente hay personas no están dispuestas a asumir eso. Lo que esperamos es que las paredes del Congreso y de las fronteras de la sociedad colombiana se erradiquen las violencias basadas en género y que las mujeres podamos vivir en un entorno seguro donde no tengamos que vivir ni el acoso, ni el abuso, ni ningún tipo de violencia en nuestro hogar o en la calle.
CAMILO A. CASTILLO
@camiloandres894
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