Millonarios se desplomó, fecha a fecha se viene abajo, y aunque sigue arriba en la tabla, no logra recuperar su esencia, su juego. Se le refundieron los goles y las victorias. Esta vez perdió en El Campín contra el Pereira, 0-1, en partido pendiente de la fecha 16, y dejó un aire de preocupación, porque el equipo ya no gana, ya no anota.
Millonarios necesitaba reponerse, reivindicarse, volver a ser el Millonarios de siempre. Pero su primer tiempo fue otra pesadilla. Pereira salió a jugar con mucha comodidad, tanto, que creó las primeras opciones de gol.
Ya a los 5 minutos Correa había probado con un cabezazo. Luego, Leonardo Castro comenzó a afinar puntería, y metió un remate abajo y potente que desvió el portero Montero.
Pero en su segundo intento no falló. Tras una muy buena tocata matecaña, Castro recibió el pase en el área y sacó un derechazo tremendo, fuerte, arriba, y adentro. Iban 35 minutos y Millonarios ya veía como otro partido le jugaba en contra. Gamero no lo podía creer, y menos la afición, bajo la lluvia.
Lo poco que hizo Millonarios en esa primera parte fue un par de buenos remates, uno de Gömez que atajó el atento portero Castillo, y otro potente disparo de Vargas que fue directo al travesaño. Hubiera sido un golazo. Pero no entró.
Momento de polémica

Néstor Gómez / EL TIEMPO
Terminando la primera parte hubo la polémica, la que no puede faltar. Esta vez fue una carga en el área contra Llinás, el árbitro no consideró ni siquiera la necesidad de ir al VAR. En al banco azul explotaron, sobre todo el arquero Juanito Moreno que en un encontrón con el asistente técnico del Pereira, vio la tarjeta roja, como para empeorar las cosas.
Arrancando la segunda parte Millonarios parecía otro, más decidido, más claro, más Millonarios. Cataño tuvo el empate, metió un amague letal y cuando remató de frente al arco se encontró con Castillo, que otra vez dijo que no.
Pero el equipo se reencontraba, Cataño fue importante, un pase suyo al área generó susto matecaña, pero ninguno de los Ruiz llegaron a la pelota para empujarla.
Pereira no se acobardó. Tenía la ventaja y quería más. Cada que atacó creó más problemas. Y aprovechó que Montero no estaba seguro. El portero soltaba balones increíbles. Él mismo se recriminó. Aunque luego tuvo una atajada clave, en un mano a mano.
Millonarios se ilusionó por un penalti sancionado, por una supuesta mano en el área de Ramírez. Fue hombro. y el VAR lo confirmó.
Al equipo de Gamero se le acabaron las armas y las esperanzas. Un remate de Llinás al palo confirmó que el arco sigue cerrado. Y más cuando Castillo le atajó un cabezazo a quemarropa, de nuevo de Llinás.
Y el tiempo se le agotó. Otro partido sin ganar, y ahora con derrota en casa. Los 29 puntos en la tabla no disimulan que el equipo anda en caída libre. Necesita despertar cuanto antes.
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