Tuve la suerte de pasar algo más de seis años en Nueva Delhi y, luego, actuando como embajador en Ankara, fui designado embajador concurrente en Islamabad. Por eso me precio de comprender dos realidades que tienen un largo tronco histórico común y dos ramales plenos de parecidos y disimilitudes.
Pese a ser el quinto país más poblado del mundo, contar con arsenal atómico y tener reconocimiento como potencia agrícola, Pakistán es poco conocido en Colombia, merece ser estudiado y considerado como uno de los destinos por incorporar dentro de un enfoque multialineado de nuestra política exterior. La tarea que Colombia inició durante la última década debe continuar. El país vive una tensión política intensa por estos días. Los observadores internacionales creen que las elecciones próximas a realizarse en septiembre podrían significar una expresión de vigor democrático que traería beneficios al convulso conjunto de Asia del Sur.
La civilización del valle del Indo es una de las tres primeras junto a Egipto y Mesopotamia. La vida aldeana en el sur de Asia cuenta nueve mil años. Así lo acredita el yacimiento de Mehrgarh, ese gran sitio del neolítico en la llanura de Kachi en Baluchistán (Pakistán), y respecto a la vida urbana, lugares como Mohenjo-Daro o Harappa son referencias válidas para afianzar el recuento histórico de 5.000 años de tales protociudades en el valle del Indo, por entonces un lugar fértil que luego se degradaría penosamente.
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Ahora mismo, las disputas geopolíticas tienen un fuerte vínculo con la cuestión hídrica. El río es la gran arteria y la cuna de muchas culturas. El Indo es uno de los grandes ríos asiáticos. Nace en la meseta tibetana, discurre a través de Ladakh, Jammu y Cachemira y luego entra en Pakistán por las zonas de Gilgit-Baltistán para recorrer el país en el eje norte-sur hasta desembocar en el mar Arábigo, cerca de la metrópoli portuaria de Karachi.
Tiene una longitud de 3.180 km y una cuenca de 1’165.000 kilómetros cuadrados, un caudal de 6.700 metros cúbicos por segundo, vale decir, un flujo anual de 207 kilómetros cúbicos.
Durante el segundo milenio antes de Cristo, las tribus indoeuropeas se diseminaron en la región. Los conocidos como arios se establecieron allí. Punjab fue mencionada en los himnos del Rigveda como Saptha Hindu, que significa ‘siete ríos’.
La civilización védica
Los territorios de lo que hoy es Pakistán fueron parte de imperios significativos en la historia universal. Los persas del imperio aqueménida durante el reinado de Darío; el imperio de Alejandro; la dinastía Mauria, desde Chandragupta hasta Ashoka su nieto, quien convertido al budismo fue auspiciador de lo que se conoce como el período grecobudista, ciclo de sincretismo entre la Grecia clásica y el budismo.
Durante el período medieval se produce la expansión musulmana bajo las notorias presencias de los califatos ortodoxo y omeya; las dinastías de Kabul; el imperio gaznávida, comandado por la dinastía musulmana de origen turco; el sultanato de Delhi y el imperio mogol.
El sultanato de Delhi es la agrupación de cinco dinastías de ciclo corto, tres de ellas de origen túrquico. Su legado fue el inicio de un período de renacimiento cultural en la India, una fusión de las culturas indomusulmanas con monumentos sincréticos e incidencia en la música, la literatura, el vestuario y la gastronomía.
En la esfera política, la preindependencia tuvo puntales de diferente condición político-religiosa. De un lado, el Congreso Nacional Indio y del otro, la Liga Musulmana.
Aunque el sultanato resistió la presión de los mogoles, al final, la mayor capacidad militar bajo el mando de Babur, gobernante de Kabul, se impuso en alianza con los Khan, gobernantes de Punjab, instalando el mandato mogol que gobernaría hasta mediados del siglo XIX.
Este comprimido histórico remata en los procesos de colonización a cargo del Raj británico y en la independencia de Pakistán. Los territorios bajo el régimen colonial británico corresponden en la actualidad a los estados de India, Pakistán, Bangladés y Birmania.
El Raj fue el régimen de gobierno colonial entre 1858 y 1947. Esta forma de gobierno se instaló en 1858, tras la rebelión india de 1857, la famosa rebelión de los cipayos que se extendió por la llanura del Ganges, la cual trajo consigo la transferencia de las posesiones territoriales de la Compañía Británica de las Indias Orientales a la corona, ostentada por la reina Victoria; una suerte de reforzamiento imperial, pero también un juego de reformas con impacto en las esferas social, educativa y empresarial, que permitieron el afloramiento de un espíritu valorativo de las capacidades propias.
La gesta independentista tuvo una germinación progresiva gracias al surgimiento tanto de las clases medias resultantes del progreso educativo como de un capital nacional con pretensiones incubadas en ciclos económicos y comerciales de varios siglos. En la esfera política, la preindependencia tuvo puntales de diferente condición político-religiosa. De un lado, el Congreso Nacional Indio y del otro, la Liga Musulmana.
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Dos líderes con elementos convergentes en términos de la eliminación del tutelaje colonial, pero con visiones distintas en cuanto a la perspectiva nacional, los credos y la práctica religiosa, así como respecto a los métodos de resistencia en el quehacer político, perfilaron sus procesos hacia la independencia: Mohandas Karamchand Gandhi y Muhammad Ali Jinnah. Gandhi creyó que la unidad en la diversidad era posible. Jinnah consideraba imposible un solo Estado para dos naciones, una como minoría numérica y otra como una mayoría.
En junio de 1947, los dirigentes nacionalistas Sardar Patel, Jawaharlal Nehru y Abul Kalam Azad, en nombre del Congreso; Jinnah como líder de la Liga Musulmana; B. R. Ambedkar, en representación de los intocables, y Master Tara Singh, representando a los sijs, acordaron una partición del país a partir de líneas religiosas en marcado contraste con las ideas de Gandhi. Las áreas predominantemente hindúes y sij fueron asignadas a la nueva nación de la India y las que tenían predominio musulmán, a la nueva nación de Pakistán; el plan incluía una partición de dos provincias con caracterizada mayoría musulmana: Bengala y Punjab.
Jinnah juró como primer gobernador general del nuevo Dominio de Pakistán el 14 de agosto de 1947. Más tarde se denominaría República Islámica de Pakistán. Nehru asumió la oficina de primer ministro de la Unión de la India, la cual luego se denominaría República de la India, el 15 de agosto de 1947. Desde entonces, cada año se celebran en una y otra fecha las independencias de Pakistán e India, respectivamente.
Pakistán hoy
Pakistán es una república federal islámica con un presidente que representa a la nación y un primer ministro que es el jefe del Gobierno. Su historia es la de una civilización antigua en un formato nacional joven. Eso nos permite comprender su grado de imperfección democrática, a menudo estimulado por la gran diversidad y el volumen de su población. Cinco veces el número de habitantes de Colombia en el 70 % de nuestra superficie.
La fuerza creativa de ese pueblo deja huella permanentemente en todas las artes y variantes de la recreación. Grandes pintores, directores y actores de cine, bailarines y deportistas.
Siendo un país lleno de gente, con marcadas diferencias sociales, y con marginales tendencias absolutistas, no ha de sorprendernos la presencia de organizaciones terroristas como tampoco el compromiso de la ciudadanía en el rechazo a los fanatismos. Estando en mi trabajo pude asistir apenas 36 horas después de un leve atentado a la más concurrida manifestación de repudio al terror que he presenciado en mi vida.
Otra vez me encontraba en Karachi. Mi maleta se había extraviado en el vuelo y me fui a buscarla a la bodega de la aerolínea. Fui una de las mil y tantas personas que escalábamos montañas de maletas. Parece inexplicable, pero la encontré con ayuda de cinco señoras dedicadas a buscar etiquetas marcadas en idiomas diferentes al urdu. Pertenecían a tres etnias distintas. Su simpatía y espíritu de servicio no tienen igual. El más ineficiente sistema de almacenamiento contrastaba con la alegría de los funcionarios que limpiaron mi equipaje y lubricaron sus rodamientos. El pueblo paquistaní es amable y afectuoso, hospitalario y divertido.
La fuerza creativa de ese pueblo deja huella permanentemente en todas las artes y variantes de la recreación. Grandes pintores, directores y actores de cine, bailarines y deportistas que deleitan al mundo por su habilidad en el cricket y la exquisita práctica del hockey sobre la hierba.
La visita al Parlamento en cualquiera de sus sesiones es un escenario de manifestaciones culturales de las regiones plenas de colorido. Y de allí salimos con un manojo de interrogantes. Son cien senadores y 342 miembros de la Asamblea Nacional.
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La evolución del sistema político en Pakistán ha estado caracterizada por la inestabilidad, la intermitencia del poder civil, la incidencia del aparato militar en el Estado y frecuentes interrupciones del orden democrático. Una proximidad no discreta con China es también un rasgo constante desde el surgimiento de la nación.
Elecciones, divergencias regionales, conflictos fronterizos, separatismos y magnicidios han ocurrido una y otra vez. El surgimiento de Bangladés con respaldo de India es producto de esas convulsiones. Los gobiernos elegidos suelen no culminar sus mandatos y todo este agitado devenir resta posibilidades al desarrollo socioeconómico de la nación. Pakistán, con 4,5 veces la población de Colombia, tiene un PIB similar al de nuestra nación.
El espectro político es muy variado. En tiempo presente, seis partidos políticos con variadas expresiones ideológicas, dos partidos religiosos y un movimiento étnico tienen representación parlamentaria: el Partido Popular (PPP) con el liderazgo de la familia Bhutto y la asesinada líder Benazir; la Liga Musulmana Nawaz (PML-N); la Liga Musulmana Quaide-Azam, que en su hora dio su apoyo al general Pervez Musharraf; el Movimiento Muttahida Quami con su origen etnolingüístico, y la izquierda caracterizada del Partido Nacional Awami (ANP).
El fenómeno político diferenciador y protagónico de los tiempos que corren viene dado por el partido Pakistan Tehreek-e-Insaf (PTI), fundado por el conocido exjugador de cricket Imran Khan. La expresión Tehreek-e-Insaf significa movimiento por la justicia en urdu. Este partido de rápido crecimiento lidera una coalición independiente y goza de popularidad al desmarcarse de la política ‘tradicional’.
En las próximas elecciones de septiembre, Imran Khan podría regresar al poder para ser el primer mandatario que culmina su período presidencial desde la fundación de la República.
Obtuvo una notable votación en 2018, tomando 155 escaños de la Asamblea Nacional, restándole 17 sillas para hacerse con la mayoría. La oposición logró la fractura de la coalición de gobierno y tramitó una moción de censura que significó la salida de Imran Khan de su oficina como primer ministro entre voces que lo calificaron de neopopulista con sesgos autoritarios.
Vino entonces la primera elección regional en el estado de Punjab, el más poblado, con alto influjo político. De los 20 escaños en disputa, el PTI obtuvo 14, y la oposición ganó solamente cuatro, contrariando todas las encuestas y descalificando los pronósticos. Si las fuerzas armadas mantienen su distancia, como debería ocurrir, en las próximas elecciones de septiembre, Imran Khan podría regresar al poder para ser el primer mandatario que culmina su período presidencial desde la fundación de la República. Así lo afirma el cónsul honorario de Colombia en Pakistán, Shibli Faraz, senador y exministro, con ese delicioso español bogotano aprendido en la gerencia del Banco Mercantil de nuestra capital hace décadas.
De interés para Colombia
Las relaciones entre Colombia y Pakistán cobraron fuerza cuando nuestra embajada en Turquía, concurrente en Islamabad, desarrolló un conjunto de actividades: semanas culturales, festival de cine, exposición fotográfica sobre el Amazonas, cursos de salsa, y variadas conferencias. La Universidad Externado de Colombia, abanderada de la proyección académica hacia el Asia, suscribió un convenio entre Cesicam y el Instituto de Estudios Estratégicos de Pakistán. Las relaciones con las cámaras de comercio de Pakistán se iniciaron pese a las dificultades en medios de pago y logística. Las posibilidades son reales para nuestra oferta frutícola y de servicios de ingeniería. Ya se han realizado negocios.
En la línea de desarrollo del renglón de las confecciones, la provisión competitiva en ciertos textiles puede beneficiar nuestra cadena a partir de importaciones que han tenido buen suceso. Los servicios en TIC y las posibilidades en agricultura y servicios de riego son palpables. La operación de servicios públicos y ambientales es un renglón de alto potencial.
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En el estudio del Externado sobre corredores económicos en Asia participaron profesionales de alto nivel de Pakistán. Este país será determinante para la reorientación del proyecto de la franja y la ruta liderado por China.
Nuestra relación no afectará los vínculos con India, pero sí beneficiará una integración de mayor calado con el sur de Asia. Pakistán tiene que ocupar un lugar en nuestro proyecto internacional de multialineación.
JUAN ALFREDO PINTO*
Para EL TIEMPO
(*) Exembajador en Pakistán
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