“Este es el Gobierno de la vida y de la paz y así será recordado”. Con estas palabra el Presidente Gustavo Petro les hizo un llamado a todos los colombianos a trabajar como dueños de una economía próspera, pero legal que acabe con el atraso de las regiones. Por eso convocó a los grupos armados a deponer sus armas, a aceptar beneficios jurídicos a cambio de la paz, a cambio de la no repetición definitiva de la violencia.
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Sin embargo, el hoy mandatario de los colombianos fue enfático al señalar que para que la paz sea posible en Colombia se necesita dialogar, “dialogar mucho, entendernos, buscar los caminos comunes, producir cambios”.
Dijo que su Gobierno trabajará para que en el país haya igualdad. “No
naturalicemos la desigualdad y la pobreza, insistió al señalar que “con voluntad, políticas de redistribución y un programa de justicia vamos a hacer una Colombia más
igualitaria y con más oportunidades para todos y todas.
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En ese sentido, señaló que la reforma tributaria que proponen tiene que generar justicia, en la que quienes tengan y ganen más tributarán más para redistribuir esa riqueza entre los que menos tienen, lo cual no debe ser mirado como un castigo o un sacrificio sino como “un pago solidario que alguien afortunado hace a una sociedad que le permite y le garantiza la fortuna.
Si ese propósito se consolida, a través del pago de impuestos, habrá más justicia en el país y con ello vendrá la paz, dijo el recién posesionado presidente. “La solidaridad está en el impuesto que paga el que puede pagarlo y en el gasto del estado que va a quienes lo necesitan por su infancia, por su juventud, por su vejez”, comentó.
Las otras reformas que vienen
El presidente Petro también se refirió a las otras reformas que requiere el país para avanzar hacia esa paz e igualdad social.
Así las cosas, habló de una reforma a la salud, a las pensiones, una reforma del contrato laboral y una reforma de la educación. Frente a esto último, dijo que han priorizado en el presupuesto la infraestructura de la educación, de la salud, del agua
potable, de los distritos de riego y de los caminos vecinales.
“Los impuestos no serán confiscatorios, simplemente serán justos, en un país que debe reconocer como aberración la enorme desigualdad social en la que vivimos, en un Estado que debe proteger la transparencia del gasto, y en una sociedad que se merece vivir en paz”, insistió.
Uno de los aspectos que resaltó el mandatario en su discurso de posesión fue el de la seguridad alimentaria, no basada solo en el comercio internacional sino partiendo de una soberanía que garantice a la población colombiana consumir sus nutrientes indispensables.
Para conseguirlo, señaló que el Estado trabajará con el sector privado que quiera unirse a ese objetivo para garantizar la plena alimentación de toda la sociedad colombiana y lograr excedentes de exportación. Colombia volverá a ser productor de maíz, sentenció
En ese sentido, se comprometió a brindar riegos, créditos, técnicas, semillas mejoradas y protección. “El campesinado y la empresa privada puede brindar el
trabajo y el empeño cotidiano para lograr que nuestros campos vuelvan a producir los alimentos que necesita nuestro pueblo”, dijo al respecto.
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