¿TransMilenio está en riesgo de parar su operación? Ya son varias las voces que vienen advirtiendo que el sistema de transporte público está en una carrera contrarreloj para mantener su servicio este año. Una carrera que podría verse truncada si desde el Gobierno Nacional, a través del Plan de Desarrollo, no se destina el suficiente dinero para aliviar el hueco financiero que tiene el sistema.
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Este ha sido también un tema recurrente en el Concejo, porque, según han argumentado algunos cabildantes, los recursos actuales únicamente alcanzarían hasta julio próximo.
Ahora bien, ¿qué estrategias prepara el Gobierno Nacional para ayudar a la financiación y sostenibilidad de los sistemas de transporte masivo como TransMilenio? En primer lugar hay que analizar las estrategias que ya se han venido implementando para disminuir el déficit del sistema, el cual desde 2012 ha venido en aumento. Desde ese año creció de 100.000 millones de pesos a 2,4 billones, en 2022.
De acuerdo con Darío Hidalgo, experto en movilidad y profesor de la Universidad Javeriana, en este momento lo que más está ayudando a cubrir este monto es el pico y placa solidario, el cual ha pasado de generar un poco más de 6.140 millones de pesos en 2020 a más de 218.991 millones de pesos en el 2022, según cifras de la Secretaría de Movilidad.
También se ha destinado el 50 por ciento del recaudo generado por multas de tránsito, que el año pasado sumaron 1’171.943.
El parqueo en vía es otra de las estrategias que se plantearon inicialmente para ayudar a financiar el sistema. Sin embargo, desde el 21 de noviembre de 2021 hasta el 31 de enero de 2023, se han gastado más de 10.217 millones de pesos para su implementación, mientras que los ingresos generados han sido de 6.334 millones. Esto quiere decir que, por ahora, no hay ganancias.
“La solución ha sido más cara que el problema. A esto se suma que es muy sensible el valor de la tarifa de parqueo en vía porque si se sube mucho, lo que genera es que la gente se mueva hacia el parqueadero privado”, aseguró Ómar Oróstegui, director del Laboratorio de Gobierno de la Universidad La Sabana.
A esto se suma lo que aporta el Distrito, que para 2023 se calcula aproximadamente en 2,2 billones, y lo que entrega el Gobierno Nacional, que el año pasado fue de cerca de 730.000 millones y para este año se esperaba un monto de unos 500.000 millones de pesos, pero esto dependerá de lo que finalmente sea aprobado en el Plan.
No obstante todo ese recaudo, no ha sido suficiente para tapar el cada vez más profundo hueco fiscal que tiene el Sistema Integrado de Transporte Público de Bogotá (SITP).
En ese orden de ideas, la hoja de ruta del gobierno Petro propone que las entidades territoriales, en este caso la capital del país, podrían disponer de un porcentaje del recaudo del impuesto predial unificado o establecer una sobretasa de este para la sostenibilidad del sistema de transporte público. Solo en Bogotá hay cerca de 2,7 millones de inmuebles obligados a pagar el impuesto, que este año le dejaría a la ciudad 4,3 billones.
El alcalde Enrique Peñalosa dijo que el proceso para la licitación de la troncal de TransMilenio por la carrera Séptima quedó en cuenta regresiva.
Mauricio León / EL TIEMPO
Según el texto del PND, que ya se discute en el Congreso, la administración local también podría establecer precios diferenciales para acceder a algunas zonas de la ciudad. Esto con el fin de minimizar la congestión vial, una idea que, de acuerdo con Hidalgo, se ha implementado en lugares como Londres y Manhattan.
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Un nuevo sistema que se implementaría sería la instalación de cámaras u otros aparatos tecnológicos en las estaciones, vehículos y vías que hacen parte del transporte masivo, con el fin de detectar infracciones. El pago de estas multas también ayudaría a saldar el déficit. En esta misma línea, el porcentaje derivado de las infracciones para financiar TransMilenio pasaría del 50 al 60 por ciento.
La Nación además cofinanciaría “hasta el 50 por ciento de los costos correspondientes a infraestructura física, sistemas inteligentes de transporte, vehículos automotores de cero o bajas emisiones ya vinculados a la operación, y repotenciación de material rodante para sistemas férreos”, dice el articulado del proyecto. Esta ayuda del Gobierno solo se brindaría una única vez. “Está claro que la Nación ya no va a seguir financiando el transporte público”, dijo Oróstegui.
Por consiguiente, el sistema de TransMilenio debería buscar las herramientas para ser sostenible en el tiempo y en noviembre de todos los años tendría que presentar ante el Gobierno Nacional la estructura de costos de la operación, incluyendo a los operadores del sistema.
LAURA VALENTINA MERCADO
REDACCIÓN BOGOTÁ
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