El proyecto de reforma laboral, radicado por el Gobierno ante el Congreso, podría afectar a más de 80.000 puestos de trabajo de las aplicaciones de domicilios, según alerta el gremio Alianza In.
De hecho, como le explicó a El TIEMPO Matías Laks, CEO de Rappi Colombia, el proyecto no tuvo en cuenta las propuestas que el sector de las apps han hecho. “La reforma que se ha presentado es como retroceder unos 15 años en el tiempo. Lo peor es el efecto que tiene en la generación de ingresos de las personas, pues desconoce la posibilidad de conectarse por horas y tener un dinero adicional”, explicó.
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Según la empresa, casi un 90 por ciento de las personas que se conectan a Rappi lo hacen menos de 20 horas a la semana, es decir que este es un complemento de ingresos a otra actividad, que puede ser remunerada o no, como un estudiante o un trabajador. Además, un ‘rappitendero’ que trabaje 10 horas al día puede tener ingresos semanales de hasta 800.000 pesos en promedio, pero todos ellos quedarían excluidos de la plataforma con esta reforma.
De acuerdo con Laks, en los últimos meses al menos 150.000 personas hicieron una orden, pero en las últimas cuatro semanas son 60.000 y casi el 90 por ciento lo hacen por horas y cada uno de ellos se está generando 11.000 pesos por hora, independientemente del tiempo que dedique.

Los ‘rappitenderos’ hablaron sobre sus reclamos y necesidades.
Presidencia de la República / Cortesía Dattis
“Hemos visto que el 80 por ciento de las personas que están conectadas no estaban en la plataforma hace un año. Esto demuestra que usan este modelo como complemento y esto fue ignorado en el proyecto. Si uno compara, el salario mínimo por hora es de 4.800 pesos, esto mientras el 70 por ciento de la población colombiana gana menos de dos salarios mínimos mensuales”, agregó.
Laks es claro y señala que la posición no es estar en contra de una regulación, sino qué se debe hacer pero respetando el modelo económico.
“La reforma no está planteada para plataformas de reparto, y nosotros ya funcionamos en otros mercados como el chileno, en el que la actividad ya está regulada. Allí lo hicieron aceptando una modalidad distinta de trabajo y también que hay una independencia de los repartidores”, dijo.
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También explicó que está el ejemplo de España, donde sus repartidores están inscritos como independientes. “Ahora es tal la fricción que la ley puso que logró que el 40 por ciento de las personas que trabajan por este medio se quedaran sin acceso y de seis plataformas se redujo el acceso a dos, y acá en Colombia se está tratando de aprobar una reforma aún más restrictiva que la española y esto no es solo Rappi, esto afectará a todo el ecosistema, que quedará destruido, y eso no sería justo”, destacó.
Acá en Colombia se está tratando de aprobar una reforma aún más restrictiva que la española y esto no es solo Rappi, esto afectará a todo el ecosistema, que quedará destruido, y eso no sería justo
El directivo enfatizó en que el problema no es si se debe o no reglamentar la actividad, porque de hecho la empresa y la propuesta que ha llevado Alianza In incluyen el pagar la afiliación a riesgos laborales de repartidores que ganen más del equivalente a un salario mínimo; también, el pagar un paquete de seguros que cubra accidentes, salud, RCE, entre otras, que sería obligatorio para los repartidores que ganen menos del equivalente a un salario mínimo; además, está la concurrencia entre trabajadores y empresas para pagar salud y pensión.
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“Nosotros no estamos discutiendo ‘regulación sí’ o ‘regulación no’. Estamos absolutamente de acuerdo con que haya una regulación. Es más, como sector queremos ser regulados. Pero debemos buscar una que se adapte a la realidad de la economía del sector. Esto no es solo contra los repartidores, también es contra los negocios, contra, por ejemplo en nuestro caso, las más de 30.000 empresas adheridas, y creemos que se llegaría a una reducción de operaciones de las aplicaciones”, argumentó.
Las condiciones que se implementarían están más cercanas a un contrato tradicional y a un pago del mínimo, sin la posibilidad de elegir horarios.
“Esta propuesta es anacrónica y nos retrasaría años. Por eso hemos dispuesto de otras ideas por medio de nuestro gremio, para que sean incluidas y estudiadas”, puntualizó.
LAURA V. LESMES DÍAZ
tecnosfera@eltiempo.com
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