Dolor y miedo no se van de Llano Verde, tras dos años de masacre de niñoss – Cali – Colombia


El dolor no se cura en el barrio Llano Verde, un sector del oriente de Cali que ha recibido familias desplazadas por violencia o que habitaban en zonas de riesgo.

El 11 de agosto de 2020, con la masacre de cinco menores en cañaduzales, no se ha olvidado ni se han sanado las cicatrices.

Hay nostalgia y todavía la violencia ronda. Esa tarde fueron asesinados Leyder Cárdenas (14 años), Jair Andrés Cortés (14), Luis Fernando Montaño (15 años), Álvaro José Caicedo (15) y Yosimar Jeanpaul Cruz (16). Recibieron tiros de gracia y uno fue degollado.

(Lea en contexto: 38 años para Gabriel Bejarano por la masacre de Llano Verde)

En el parque de Llano Verde se pondrán cinco monumentos en memoria de los muchachos, que estaban en sus años de estudio y que habían tomado el sendero hacia los cañaduzales.

Por esos días, los padres y adultos les pedían a los niños y adolescentes que no entraran allá por las historias de un asesinato y una desaparición.

Los cinco menores de edad se proponían ese mediodía nadar y comer caña. Eso le dijeron a uno de sus amigos que decidió no ir y que llegó extrañado al atardecer a la casa de uno de sus amigos a preguntar si habían regresado.

(Le puede interesar: ¿Qué pasa si se legaliza el cannabis en Colombia, sin licencias? Esto dice Petro)

Madres, padres y vecinos decidieron entrar con linternas a esos callejones, vieron la luz de una casa, pero nadie les atendió. Luego apareció una patrulla motorizada de la Policía y ellos avanzaron hasta ver los cadáveres en una franja entre cultivos.

Dos años después, Erlendy Cuero Bravo, de la Asociación Nacional de Afrocolombianos Desplazados (Afrodes), dice que el evento es para construir memoria y llevar a la verdad. También al cumplimiento de garantías de no repetición.

(Puede leer:  En video: reconocida policía ‘influencer’ se agarró con su vecina)

“Necesitamos que autoridades, academia, cooperación internacional, comunidad y familia nos unamos para vencer la criminalidad”, repite.

Álvaro Caicedo no deja de recordar al hijo que llevaba su nombre. Siente que el múltiple crimen hizo que voltearan a ver su barrio.

A los 15 días de la masacre fueron detenidos el vigilante Juan Carlos Loaiza y el operario de máquina Jefferson Angulo, condenados como coautores a 36 años y 6 meses. Ambos aseguraron que no usaron armas.

(Además, puede leer: Las razones por las que productores de viche se encuentran en riesgo de quiebra)

Por el ataque a balazos, los organismos de seguridad empezaron a buscar a Gabriel Bejarano, El Mono, quien fue detenido el 15 de enero de 2021 en una finca de Bolívar (Valle).

A la hora de la masacre, el hombre debería estar bajo detención domiciliaria. No es claro qué hacía en el cañaduzal. En marzo pasado lo condenaron a 38 años por homicidio y porte de armas.

La Fiscalía destaca los resultados en condenas en corto tiempo, pero ¿alguien dio la orden de disparar? Es una pregunta que no se les va de la cabeza a muchos de los dolientes y que, por ahora, no tiene respuestas.

CALI

Les más noticias de Colombia

‘Estuve 3 días en coma, pero nadie me obligó’, dice hombre que se tomó 30 copas



Fuente