Inseguridad en el transporte público/columna de opinión Omar Oróstegui – Bogotá


A los problemas de calidad del servicio de transporte público se suma la inseguridad en articulados, estaciones de Transmilenio y buses del SITP.

En días pasados, conocimos la noticia de pasajeros de la ruta B74, de la troncal norte, que padecieron un asalto a la altura de la estación 142. Una película que se repite con cierta frecuencia e incluye, en los últimos años, amenazas y ataques con armas a usuarios y conductores, hasta con desenlaces fatales. La inseguridad en los buses, en vez de reducirse, tiende a elevarse.

Basta comparar el comportamiento del delito en el primer semestre de este año frente al mismo periodo del año anterior para que salgan a la luz cifras que deberían prender las alarmas y obligar a realizar ajustes a las estrategias contra el hurto en el sistema de transporte.

Datos preliminares del estudio realizado desde Futuros Urbanos, que será publicado próximamente, evidencian un aumento del 51% de los hurtos en Transmilenio y del 18% en buses del SITP. En el primero se registra un crecimiento de 4.171 a 6.315 casos, mientras en el componente zonal de 705 a 904 casos. Sin embargo, hay diferencias notorias en las modalidades de hurto.

En el SITP predomina el atraco en la mitad de los casos, seguido por el cosquilleo (41 %), contrario a lo que sucede en TM donde predomina el cosquilleo (54 %), seguido del atraco (21 %) y el raponazo (17 %).

Por el género de la víctima, las mujeres, por lo regular, son las principales víctimas en el SITP en 2 de cada 3 casos de hurto.

Los hombres registran el 55 % de los casos en TM. Ellos, a su vez, son las principales víctimas de la modalidad de cosquilleo, mientras las mujeres de la modalidad de raponazo. Por su parte, en los buses alimentadores son más frecuentes los hurtos a mujeres, mientras que en las estaciones las víctimas suelen ser los hombres.
El celular sigue siendo el objeto preferido de los delincuentes. Se estima que 1 de cada 4 celulares hurtados en Bogotá durante el primer semestre fueron reportados en el sistema de transporte público. Es decir, después de la vía pública, el bus público es el sitio más inseguro para los bogotanos.

El ranking de estaciones muy inseguras lo encabeza la Avenida Jiménez, seguida del Portal del Norte, Marly, Calle 45, Guatoque-Veraguas, Portal de las Américas, Banderas, Usme, Universidades, Alcalá y Calle 100. Los martes son los días más inseguros; los domingos se registran menos hurtos en Transmilenio. Igual pasa con el horario: las horas pico de mayor congestión son las mismas en que hay más hurtos, es decir, de 6 a 9 a. m. y al final de la tarde, de 6 a 9 p. m.

En el caso del SITP, los patrones horarios son muy similares en día y hora. Acá es interesante observar las diferencias en relación con las zonas donde más predomina el hurto de buses. En este caso, el ranking lo encabezan las rutas que pasan por las UPZ de Lucero, Usaquén, Chico-Lago, Granjas de Techo, los Cedros (Cedritos), las Ferias, Santa Bárbara, Niza y Castilla.

Ante este panorama de inseguridad es obvio comprender por qué muchos bogotanos han optado por dejar atrás el trasporte público. Algunos han preferido el carro, otros tantos la moto, la bicicleta y hasta la patineta eléctrica. La situación de inseguridad termina opacando los cambios recientes como la renovación de la flota y la ampliación de estaciones. Tan es así, que nadie celebró el desmonte del SITP provisional y el fin de la guerra del centavo. La gente reclama mejor calidad del servicio público pero, sobre todo, seguridad en sus desplazamientos.

OMAR ORÓSTEGUI 
Director de Futuros Urbanos.


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