Las elecciones territoriales que se realizarán este 29 de octubre son las más diversas en la historia de participación política LGBTIQ+ en Colombia, además de registrar varios casos de violencia contra las personas que se inscribieron.
Según el movimiento Caribe Afirmativo, en estos comicios hay, al menos, 201 candidaturas y 13 denuncias de violencia política. Esto está consignado en el informe preelectoral ‘Del closet a la política’ que, comparativamente, registra una inscripción de 80 personas y ninguna denuncia en el 2019.
El informe fue presentado por la campaña Voto por la Igualdad, una estrategia para promover el sufragio libre, transparente e informado de las personas diversas. Esta acción existe con ese nombre desde el 2015, aunque desde el 2009 ya incidía llamándose Voto Gay.
Wilson Castañeda, director de la organización, expresó que este acontecimiento impulsa un cambio de paradigma en la política colombiana, en el que se pensaba que “la diversidad sexual y el género eran un impedimento para lograr el ejercicio democrático”.
Sobre la visibilización de las personas abiertamente LGBTIQ+ en política, Castañeda dijo que es un ejercicio pedagógico que, será necesario hacer, hasta que se alcance la igualdad en ese escenario y “la diversidad sexual y de género no sea un motivo de constreñimiento electoral”.
El informe preelectoral fue realizado con los datos que se tenían hasta el 13 de octubre del presente año, por lo que se espera una cifra mayor en los informes posteriores. Algunos candidatos le pidieron a la organización no hacer pública su orientación sexual, identidad o expresión de género (OSIGEG) diversa, porque se tiene la creencia que hacer parte de la comunidad es condenado por los electores en las votaciones.
Sin embargo, Colombia es el país con más congresistas abiertamente LGBTIQ+ en Latinoamérica, con seis curules, y el 51 por ciento del electorado colombiano apoya la participación de las personas diversas en cargos políticos, según un estudio para Luminate, empresa que trabaja estos temas.
Violencias en las elecciones 2023 contra la población LGBTIQ+
Estos comicios también marcaron otro hito, por las denuncias de violencia registradas contra las personas diversas. Se reportaron 13 hechos ante las autoridades, lo que significa un crecimiento del 130 por ciento frente a las elecciones del 2019, en las que no hubo casos.
Cristian de la Rosa, encargado de Voto por la Igualdad, compartió una hipótesis importante para la organización, y es que “a mayor visibilidad, mayor es el riesgo”.
Por su parte, la Defensoría del Pueblo presentó la Alerta 030 del 2023, en la que reportó los territorios en peligro de violencia política. Al cruzar los datos demográficos de candidatos diversos que tiene Caribe Afirmativo y los municipios en los que hay algún nivel de riesgo, se identificó que el 79,6 por ciento de candidaturas LGBTIQ+, se encuentran inseguros, inseguras e insegures, en el caso de las personas no binaries.
El informe también reportó que algunas campañas se basaron en el concepto de ‘ideología de género’ para simpatizar con algunos votantes, promoviendo así la LGBTIfobia. De la Rosa afirma que este es un concepto que se categoriza en los discursos de odio, empleado desde el 2016 en los Acuerdos de Paz como “una forma de realizar una política sucia que genera denigramiento”.
Una de esas campañas fue la de Jacqueline Perea, aspirante a la Alcaldía de Cartagena, con un plan de gobierno en el que “luchará contra la ideología de género”. También se resaltaron las acciones discriminatorias en campaña de Jaime Andrés Beltrán, aspirante a la Alcaldía de Bucaramanga y Jorge Enrique Acevedo Peñaloza, aspirante a la Alcaldía de Cúcuta.
¿Qué identidad de género y orientación sexual tienen los candidatos?
En estos comicios se reconocieron a los candidatos pansexuales (atracción o gusto hacia las personas sin importar su identidad de género), quienes tuvieron un porcentaje de participación del 1,5 por ciento, con 3 personas. Les siguieron los hombres trans con una participación de 6 candidatos, equivalente al 3 por ciento.
La participación de los hombres gais cisgénero es la más alta, con un total de 94 personas que equivalen al 46,7 por ciento. Las mujeres diversas alcanzaron el 34,3 por ciento, con 69 candidatas, distribuido en 34 lesbianas, 11 bisexuales y 24 trans. Se registraron 11 hombres bisexuales (22,11 por ciento) y 17 personas no binaries (34,17 por ciento).
En lo que concierne a las personas afro, negras, indígenas, palenqueras y raizales con orientaciones sexuales, identidades y expresiones de género diversas, se encontró que hubo una participación del 23,88 por ciento, con 16 afrocolombianas, 13 negras, 15 indígenas, 1 palenquera y 3 raizales.
La participación LGBTIQ+ para los partidos políticos
El partido que avaló más candidaturas diversas fue Alianza Verde, con 38 inscritos. El informe preelectoral afirmó que la estrategia “Verdes a Colores” del mismo partido, es una buena práctica por “destacar de manera diferenciada a las personas LGBTIQ+ que se lanzan a cargos de elección popular”.
En el Observatorio de Caribe Afirmativo se les preguntó a los partidos políticos, que están en contienda, si han tenido alguna acción interna de reconocimiento a las personas diversas en los actuales comicios. De los 23 partidos, 13 respondieron afirmativamente.
El crecimiento en participación fue del 150 por ciento, en comparación con las elecciones del 2019, donde se registraron 80 candidatos y 24 elegidos, entre los que se encuentra Claudia López, actual alcaldesa de Bogotá. Sin embargo, actualmente la cifra de personas diversas en los cargos territoriales es de 30, por efecto de renuncias y destituciones en el poder.
Uno de los casos fue el de Andrés Felipe Gómez Bustamante, quien se posesionó como concejal en Argelia (Valle del Cauca), con el Partido Conservador, el 10 de agosto del 2023. Este hecho lo convirtió en el primer hombre trans en asumir un cargo de elección popular en el país y en Latinoamérica.
Taliana Gómez, amenazada de muerte
Taliana Gómez Oliveros hace parte de las 13 denuncias que presentaron los candidatos diversos ante la Unidad Nacional de Protección (UNP). Es reconocida por ser la primera mujer trans y afrocolombiana en posicionarse como edila en la ciudad de los samarios a través del voto popular. Actualmente es candidata al concejo de Santa Marta.
Desde que se inscribió al cargo, recibió llamadas amenazantes e intimidatorias con la intención de que retirara su candidatura. En una de ellas le ordenaron salir del país en 48 horas, si no sería asesinada.
El 27 de agosto del 2023 una de sus vallas publicitarias fue destruida en el barrio Pescaito, en la Comuna 3 de la capital del Magdalena. Denunció el hecho hace 2 meses aproximadamente. “Ya nos han vandalizado varias vallas, les han echado bombas de pintura negra y las han intentado quemar… hay unas que ya quemaron. No ha sido fácil”, comenta.
Esto es un hecho al que si no le ponemos atención, podría lamentarlo
En la violencia política estos hechos clasifican en la categoría de violencia económica, por la destrucción de materiales de campaña. La edila Gómez ha hecho ampliaciones de la denuncia ante la Fiscalía, entregando suficiente material probatorio para iniciar una investigación, pero no ha recibido las garantías que le corresponden asumir a la UNP, por lo que ha decidido contratar a un personal de seguridad privado.
“Temo en estos últimos días por mi vida. Hombres armados llegan a mi casa, lo mismo que a mi sede política y preguntan por mí (…) Esto es un hecho al que si no le ponemos atención, podría lamentarlo”, agrega.
De la Rosa, encargado de la campaña Voto por la Igualdad, dijo que siete de las personas diversas que denunciaron, son mujeres, de las cuales algunas de ellas tuvieron que desplazarse de su territorio por la presencia de grupos armados ilegales, que buscaban impedir su participación política.
Frente a esa realidad, era eso o hacer respetar mi identidad de género
La edila Gómez Oliveros se vio obligada a postularse con un nombre que no coincidía con el identitario en las elecciones territoriales del 2019, a causa de un proceso que tenía con el estado como víctima del conflicto armado que le impedía cambiar su nombre jurídico. A pesar de haber asumido esa vulneración, para ella el proceso fue tedioso pese a ser reconocida por el estado como una víctima, por lo que decidió hacer la modificación en su documento de identidad de nombre y de sexo.
“Nosotros hemos pasado la solicitud de modificación y actualización de los documentos (a la Unidad de Víctimas), pero la respuesta no nos dio garantías. Frente a esa realidad, era eso o hacer respetar mi identidad de género”, asegura Gómez Oliveros.
En los comicios de 1992, los medios reportaron las primeras candidaturas abiertamente diversas en Colombia. Se trató de Pedro Falla, un hombre gay en Barranquilla, y de Jennifer Alexis Pedraza Arango y Erika del Río, mujeres trans en Villavicencio y Popayán respectivamente.
Las dos mujeres vieron su derecho fundamental a la identidad flagelado, para que sus candidaturas fueran aceptadas, según Castañeda. “A Jennifer la obligaron a presentarse con su nombre anterior y a Erika le prohibieron usar su foto identitaria (…) Ahí empezaron los debates sobre qué costos tiene ser abiertamente LGBTIQ+ en la política colombiana”, señala el director de Caribe Afirmativo.
Valeria Bonilla sería la primera concejala trans de Bogotá
Valeria Bonilla Ruiz se ha dado a conocer como activista por los derechos de las personas LGBTIQ+, durante más de 15 años. Actualmente hace parte del 72,6 por ciento de candidatos diversos que aspiran a ser concejales.
A pesar de su trabajo como activista, no ha visto cambios estructurales ni culturales que mejoren las condiciones de vida de las personas trans, hecho por el que decidió incursionar en la política. Sabía que tendría algunas barreras como “el reto de visibilizar la campaña, el no tener dinero, el no tener partido ni padrinos políticos”, entre otros.
“Últimamente me han sucedido hechos de transfobia en la calle que no me sucedían hace 15 años, cuando empecé mi transición (…), viendo todo esto pensé ¿cuál es el escenario donde uno sí puede incidir, tomar decisiones y transformar las cosas? Es en el concejo, las jales y el congreso”, dice la activista.
Según Bonilla, es necesario que una mujer trans llegue al concejo de Bogotá porque este es un espacio que, históricamente, no ha estado habitado por poblaciones diversas, lo que ha causado que, “los derechos de las personas trans estén invisibilizados y todavía existan barreras para el acceso”.
Si bien ha trabajado por los derechos de las personas diversas y particularmente por los de las mujeres trans, también ha tenido acciones de incidencia en Bogotá frente a otros hechos que vulneran a una parte de la población, como la habitabilidad de calle y la inseguridad alimentaria, entre otros.
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Desde los años noventa, el Partido Liberal se convirtió en el primer movimiento político de Colombia en garantizar espacio de candidaturas abiertamente LGBTIQ+; luego siguió el Partido Conservador, que creó el grupo Azul Clarito.
En el 2007, la Asamblea del Polo Democrático Alternativo (PDA) decidió que uno de los puestos directivos sería ocupado por una persona LGBTIQ+, siendo Diana Navarro, una mujer trans, quien se describía como “negra, marica y puta”, la primera en ocupar ese cargo.
Esto lo convirtió en el primer partido político de América Latina en tener un cuerpo colegial directivo, con espacio para personas con identidades y orientaciones sexuales no convencionales. En el 2005, el mismo partido creó la figura del Polo de Rosa, con la intención de impulsar la incursión de la población LGBTIQ+ en el escenario político.
En la noche del domingo 29 de octubre, las y los colombianos conocerán a los líderes administrativos de sus territorios, cifra con la que también se conocerán a los electos entre los más de 201 candidatos diversos, quienes asumirán sus cargos el primero de enero del 2024.
Gabrielle Gutiérrez Gualteros
Escuela de Periodismo Multimedia EL TIEMPO