Mayer Candelo fue un mago con la pelota. Hizo los trucos que quiso con el balón, era capaz de filtrar pases como si la pelota desapareciera en el camino. Así se hizo ídolo del Deportivo Cali, y de otros equipos como Millonarios, su rival del sábado (8:15 p. m. TV Win +). Pues ahora, como DT, necesita algo de esa magia que derrochaba para poner a andar a su Cali, un equipo que por ahora sufre, se hunde y se ahoga: un equipo que necesita magia para resurgir.
Mayer afronta el más duro de los despertares para un entrenador. Abrir los ojos y darse cuenta de que ese equipo al que tanto ama, y que tanto lo ama a él, está en el último puesto de la tabla de posiciones, ¡en el último!, como si no fuera el Deportivo Cali, como si no fuera el campeón del pasado diciembre, como si aún no tuviera la esencia de Mayer.
Candelo está recién llegado al cargo, lleva muy poco, ya había dirigido a Cortuluá, que fue su primera experiencia como DT, pero los resultados ahora lo han recibido como cuatro portazos en la cara: una derrota contra Tolima, un empate en casa contra el Medellín, una derrota contra Pereira y otra contra Envigado, que por ser de local y tan amplia, 0-3, prendió todas las alarmas. Así que Mayer, el Mayer entrenador, aún no sabe lo que es cantar victoria en el equipo azucarero.
Lo sabe, lo reconoce. “No hay excusas, aquí el responsable soy yo”, dijo Mayer tras la derrota contra Envigado. El DT que hacía magia en la cancha, sufre ahora la falta de ella. Y aunque esto recién empieza, él sí que sabe cómo apremian los resultados. “El desorden es culpa mía, porque si el equipo se ve así es porque no se ha entendido el mensaje”, agregó Mayer.
Por eso el partido de hoy es tan especial, no solo porque vuelve a El Campín, otro epicentro de su genialidad como jugador cuando estaba vestido de azul, sino porque la victoria se convirtió en una obsesión, una necesidad, ni siquiera se contenta con el empate, porque la tabla ya ahorca.
Mayer dirige hoy con el corazón dividido, pues en Millos fue campeón y marcó historia como un 10 espectacular. Por eso es querido y recordado por la afición, tal como pasa en el lado verde, donde sin embargo andan impacientes por los malos resultados y el mal juego del equipo.
Presente adverso
Mayer ya ha tenido que lidiar con las penurias del cargo: afrontar la polémica, la presión mediática, la furia de la afición, y eso de hacer entender su idea, de transmitir sus códigos y de congeniar con un crac rebelde como Teo Gutiérrez.
Cuando Candelo llegó, dijo que a Teo le entregaba las llaves del equipo, y como Teo se hizo expulsar en el primer partido, Candelo recuperó el manojo completo. Teo no fue convocado contra Envigado, porque no llegó al entrenamiento cuando era tras un permiso, como reveló el nuevo presidente Luis Fernando Mena, y quien calificó el episodio como una falla de comunicación.
Para el partido de este sábado, Mayer Candelo, que conoce como nadie los secretos de los camerinos, necesita a Teo de vuelta, al mejor Teo, al más comprometido, y por eso lo incluyó en la convocatoria. Lo pasado es pasado, ahora Cali necesita mirar al frente, reaccionar, y para eso está Mayer: el que fue mago dentro de la cancha necesita sus mejores trucos desde afuera.
PABLO ROMERO
Redactor de EL TIEMPO
@PabloRomeroET
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