Sebastián Montoya, hijo de Juan Pablo Montoya, correrá la Fórmula 3 en 2023 – Automovilismo – Deportes

Sebastián Montoya está a tan solo tres carreras de terminar su primera y, seguramente, única temporada en la Fórmula Regional Europea.

Después de liderar la clasificación de novatos durante dos meses, hoy es segundo entre los veinte rookies y décimo en la general de 39 corredores. Aun así, su objetivo es cerrar como el mejor de los debutantes y empezar el próximo año en la Fórmula 3.

En el camino a la siguiente categoría de su escalera soñada a la F-1 aparece en octubre la carrera de Petit Le Mans, del Campeonato de Resistencia de Estados Unidos, en la que extraoficialmente estará junto a su papá, Juan Pablo Montoya. Allí, junto al sueco, Henrik Hedman buscarán el triunfo que se les ha escapado en las 12 Horas de Sebring y las 6 Horas de Glen, sus dos competencias anteriores.

En medio de esa sed de triunfos, Sebastián Montoya, piloto de la Escudería Telmex-Claro, hizo una parada para hablar con EL TIEMPO. Durante el diálogo, una sensación general: es momento de creerse el cuento.

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Sebastián Montoya

Sebastián Montoya, piloto colombiano.

Foto:

César Melgarejo, CEET

En mayo, la última vez que hablamos, era el líder indiscutible de los novatos. Hoy está de segundo, a 15 puntos del italiano Leonardo Fornaroli… ¿qué ha fallado?

Honestamente es difícil decir en qué hemos fallado. Podría decir que hemos estado muy rápidos, pero no hemos logrado hacer puntos. El automovilismo no es sencillo. La suerte también tiene mucho que ver. Con las últimas carreras, me he dado cuenta de que ya estoy para conseguir victorias importantes. Yo creo que al principio del año, cuando más puntos logré, me faltaba velocidad. Hoy, que tengo la velocidad, no saco puntos. La rapidez y la potencia están ahí. Solo falta concretar el último pedazo.

A Fornaroli ya lo había superado en la Fórmula 4, ¿qué cree que ha pasado este año?

Él cogió el liderato en la penúltima carrera de las que llevamos. Y, por ejemplo, nunca ha subido al podio como mejor novato del día. Él me dijo: ‘No entiendo como usted está detrás de mí en el campeonato’. Le respondí: ‘Yo tampoco. ¡He estado muy rápido!’. Lo cierto es que siempre que competimos estamos parejos. Claro que lo quiero tener atrás mío (risas), pero es muy bueno competir con él.

¿El 23 de octubre, al finalizar la temporada, dónde veremos a Sebastián Montoya?

Como hablamos a comienzo de año, en el primer puesto de los novatos. Siento que tengo todo para hacerlo.

Al tiempo de la Fórmula Regional Europea ha disputado ya dos carreras de resistencia junto a su papá. Su velocidad, me decía él, ha sido sorprendente…

Sí. Es chistoso porque mi papá siempre se ha caracterizado por su manejo agresivo. Él corre duro, pero en las reglas. Nunca hace nada sucio. Y eso lo he aprendido yo, como he mostrado.

¿Qué le han dejado esas dos carreras, Sebring y Glen?

He aprendido que uno no debe correr para estrellarse. Uno debe estar siempre entre los límites: manejar con el respeto y la prudencia para no dañar el carro, pero también ser lo suficientemente agresivo para que no se metan con uno.

Ese adelantamiento al suizo Louis Deletraz en las 6 Horas de Glen…

¡Fue tremendo! Él tenía el espacio para seguir y se cerró. Yo no soy capaz de pegarle (risas), pero si llegamos a una frenada, a una curva, y él quiere profundizar, pues adelante, lo invito a tratar de pasarme. Yo no cederé.

Su papá fue claro hace dos semanas: ‘Sebastián es la prioridad, lo que pase conmigo no importa’…

A mí me da un poco de tristeza porque a mi papá le gusta correr, pero ya está en el punto en que no quiere ir al gimnasio todos los días (risas). Yo lo miro y le digo: ‘Pa’, eres suficientemente rápido, y haciendo el ejercicio más básico seguirás siendo igual de bueno’. En estas carreras de duración aún tenemos mucho para dar.

Este año les queda Petit Le Mans, que son 10 horas, y solo falta la oficialización suya como tercer piloto…

Sí. En Sebring iba tan rápido que no entendía nada. En Glen me monté, pero sentí que tenía que empujar mucho. Esa pista es de un estilo muy europeo. Es chistoso porque en la Fórmula Regional uno paga para competir. Ahí en Glen me sentí como todo un piloto profesional. La mayoría de carros andan muy pegados y uno se tiene que defender con todo. Yo me quería tirar mucho más rápido, pero me daba miedo dañar el carro (risas). Hemos estado cerca de ganar con mi papá. Ahora, si se oficializa lo de Petit, iremos por ese triunfo.

Todo apunta a que en 2023 lo veremos en la Fórmula 3…

Síiiii, el próximo año espero estar en la Fórmula 3. Si logramos hacer el paso, con un buen equipo, como tiene que ser, tendremos posibilidades de tener una gran temporada. En los simuladores me dicen: ‘¿Sebas, cómo haces para ir tan rápido?’. Y yo digo: ‘El carro es increíble’. La confianza con el carro de F-3 es tremenda. Yo siento que me quiero tirar y él carro me dice ‘hágale, sin miedo’, así que no tengo de otra que hacerlo.

ANDRÉS FELIPE BALAGUERA SARMIENTO
DEPORTES EL TIEMPO
En redes: @balagueraaa

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