Por primera vez en la historia, Colombia se ubica entre los cinco primeros países del ranquin de condiciones de transición energética (Climatescope), evaluación anual elaborada por Bloomberg NEF, avanzando de un solo envión nueve casillas frente al análisis realizado en el 2021.
“Colombia fue cuarto gracias, en gran parte, a un sistema de subastas de energías limpias establecido por el ya concluido gobierno Duque“, dice el informe del centro de investigación que hace seguimiento a las tendencias de la transición a una economía con bajas emisiones de carbono.
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El reporte resalta que esa administración implementó las políticas estables de energía limpia y los incentivos transparentes que impulsaron al país hasta el cuarto lugar este año, desde la casilla 13 del año pasado.
Este año Chile, India, China, Colombia y Croacia ocupan las cinco primeras casillas, en ese orden. En América Latina, Chile, Colombia, Brasil, Perú y República Dominicana son los países más atractivos para la inversión en energías renovables.
De acuerdo con el reporte, se espera que Chile y Colombia pongan el 10 y el 5 por ciento de la energía eólica y solar proyectada, respectivamente, en la región.
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La evaluación establece puntajes para mercados individuales basados en más de 100 indicadores cuantitativos y cualitativos, y clasifica a los países en función de su preparación para recibir inversiones en energía limpia.
Ene se sentido, el informe destaca los niveles de inversión para el desarrollo de energías renovables en Colombia, donde el año pasado se logró un máximo de 952 millones de dólares.
De la inversión realizada en ese campo el año pasado en el país, la energía eólica se llevó el 71 por ciento (678 millones de dólares), seguida de la solar con 274 millones y fue la primera vez, en al menos una década, que el país registró inversión en energía eólica. Por su parte, la energía solar experimentó el mayor salto en la inversión en los últimos cinco años, creciendo más de 18 veces entre 2017 y 2021, señala el estudio,
“El boom de energías renovables de Colombia -subraya el centro de estudios de Bloomberg- ha sido propulsado por las políticas establecidas durante la administración Duque, tales como las exenciones al IVA e impuestos de importación y las subastas inversas para los contratos”.
De acuerdo con el Climatescope, gracias al éxito de estas subastas, la financiación de activos de energía renovable en el país llegó a una nueva marca de casi mil millones de dólares.
Según el análisis, en 2019, el país realizó con éxito sus primeras subastas eólicas y solares a largo plazo, llegando a acuerdos de compra de energía a 15 años a 1,3 GW con esos dos tipos de energías.
A fines de 2021, Colombia tenía una capacidad instalada total de casi 18 GW, de los cuales el 8 por ciento eran renovables distintas a grandes hidroeléctricas. Le siguió el gas natural con un 10 por ciento de la generación, mientras la energía solar y eólica, combinadas, eran solo el 1 por ciento.
Colombia ante los retos
En la actualidad, el mapa energético de Colombia se ha transformado y con el impulso que se le viene dando a esa política ese cambio se espera que continúe en la nueva administración de Gustavo Petro
De acuerdo con Germán Corredor, director ejecutivo de la Asociación de Energías Renovables Colombia, SER Colombia, el país tiene una gran variedad de decisiones que aportan a que la transición sea una realidad.
Para el directivo, Colombia ya tiene definidas una políticas públicas y ha avanzado en las políticas públicas para la transición energética, hay leyes que favorecen el desarrollo de las energías limpias, normatividad para los proyectos que tienen beneficios tributarios, se cuentan con subastas y hay una ley para la movilidad eléctrica con metas de cantidad de vehículos e incluso hay un compromiso en reducción de emisiones.
“Entonces tenemos un marco en favor de la transición, pero también hay retos en medio y lo importante es que todo eso que está en el papel y en el proceso sea concretado en proyectos. Hay avances pero nos falta culminar y concretar, hay que acelerar la entrada de vehículos eléctricos y hacerlo real”, expuso.
Corredor destaca el camino que se ha recorrido y ve con buenos ojos el interés del Gobierno de acelerar esa transición energética.
“Hay que destrabar los proyectos que no se han podido terminar, que fueron asignados pero sobre los que no se ha trabajado por la razón que sea; como la pandemia o la logística , los puertos, las licencias o las consultas previas que han afectado sin duda. Allí el Gobierno tiene una tarea grande para hacer eficaz ese desarrollo, también hay que incentivar los proyectos pequeños y en las zonas no interconectadas los proyectos de renovables y la electrificación del transporte“, apuntó
Una vez el Gobierno impulse esas ideas y se haga de manera concertada con el sector privado es más fácil que se den señales claras en el país.
A su turno Marco Vera, consultor del sector de energía, son varios los cambios que el Gobierno Petro debe dar para consolidar el cambio.
“La política energética que tenemos en este momento es más ambiental, debemos tener en cuenta aspectos como la capacidad, el suministro, el abastecimiento estratégico y también la soberanía energética al no depender de otros países. El foco de Colombia si bien hace parte de la estrategia global pues solo aporta el 0,6 por ciento de las emisiones y nuestra matriz de energía en su mayoría es limpia, al impulsar las no convencionales también se debe de manera gradual y racional”, señaló.
Entre los puntos a destacar de acuerdo con Vera, está la misión de transmisión energética que hizo el Gobierno Duque y que puso norte a la iniciativa y también en el desarrollo del mismo sector y la complementariedad de la canasta energética.
“Tenemos un potencial en muchas fuentes, hay que seguir impulsando el hidro, reconocer que las térmicas son nuestro soporte de la seguridad energética en momentos de escasez y también se deben tener claras las inversiones, la confiabilidad de cada fuente y la posibilidad que brindan otros como el hidrógeno. El reto es implementar todos esas hojas de rutas, que también podamos dar base a los estudios y es el momento de actuar y ajustar en el camino”, explicó.
Entre las fortalezas que tiene el Gobierno Petro está el diálogo social, en este podría estar la respuesta para destrabar los procesos, el desarrollo e implementación de los proyectos como los que se asignaron en tras la subasta de renovables y la infraestructura de las líneas de transmisión.
“El tener en cuenta esas variables socio ambientales será de provecho para dar pasos firmes y salir con los proyectos a convocatorias en la Unidad de Planeación Minero Energética, UPME, de esta forma damos piso a proyectos que ya no están en el aire y también podemos usar ejemplo regionales como el de Brasil para avanzar, además de articular institucionalmente a los distintos actores del sector”, apuntó el experto.
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